LOS ÚLTIMOS CINCO REYES DE JUDÁ
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 2 Crónicas 34; Jeremías 22:1-19; 29:1-14; 2 Crónicas 36:11-14; Jeremías 23:2-8.
EL ESCRITOR RUSO FIÓDOR DOSTOYEVSKI pasó cuatro años en una prisión en Siberia, a mediados del siglo XIX, por sus actividades políticas subversivas. Más tarde, escribiendo acerca de sus experiencias, dijo que algunos de sus compañeros de prisión no tenían remordimientos por su conducta. “En el transcurso de varios años, nunca vi una señal de arrepentimiento entre esas personas; ni un rastro de cavilación acerca de sus crímenes, y la mayoría de ellos consideraba interiormente que estaba absolutamente en lo correcto”.−Joseph Frank, Dostoevsky, the Years of Ordeal, 1850-1859, p. 95.
Dostoyevski podría haber estado hablando de los cinco reyes que gobernaron Judá durante el ministerio de Jeremías, con excepción de Josías. Uno tras otro, estos hombres no se arrepintieron de sus acciones, aunque cada vez era más claro que estas producían las calamidades que Dios les anunciaba.
Dios nunca quiso dar un rey a Israel; esta semana comprenderemos mejor el porqué. Entenderemos, además, las presiones que el pobre Jeremías afrontó durante la mayoría de su poco apreciado ministerio.