Puntos de Vista Cruzados
Jorge Trisca
Cierta vez estaba en una librería justamente cuando el encargado estaba por tirar a la basura unos pósters. Hubo uno que me llamó la atención y cortésmente se lo pedí al señor. Era una foto de dos jirafas que entrecruzaban sus cuellos de tal manera que cada una miraba hacia el lado opuesto. Debajo había una frase humorística que me cautivó, decía así: "Siempre veo las cosas desde ambos puntos de vista, el mío… y el equivocado". El hombre miró el póster extrañado, tratando de averiguar a qué se debía mi interés por ese desecho… frunció el ceño, lo cual era evidencia de que no había entendido la frase y luego con desgano me entregó el poster.
Te estarás preguntando qué tiene que ver esta historia con la enseñanza de las lecciones bíblicas, pues verás; a veces nos sentimos tentados a pensar que la única forma de entender y explicar la Biblia es como nosotros creemos que debe ser explicada y estudiada. Sin embargo, la Biblia es riquísima en perspectivas diferentes y esto es clave al tratar de enseñar los temas bíblicos. Siempre que creas que ya comprendes la totalidad de una temática bíblica, pregúntate si es posible otra forma de ver el asunto. Por ejemplo, si estás estudiando o enseñando la parábola de los talentos, que en general en las predicaciones se la aplica para asuntos de mayordomía cristiana, aunque estrictamente hablando Mateo está describiendo cómo es el reino de los cielos. Ahora bien, en Lucas 19 se encuentra la parábola de las diez minas, la cual si analizas detenidamente tiene la misma estructura que la parábola de los talentos de Mateo, pero la perspectiva es distinta. Dice Lucas 19:11 "Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente". Esta parábola está relacionada con la venida de Jesús y lo que pensaban sus discípulos al respecto, por lo tanto se focaliza en un aspecto diferente. En síntesis, la Biblia ofrece siempre perspectivas diferentes al tratar un mismo tema.
Por lo tanto, es importante asumir una actitud mental inquisitiva al estudiar y enseñar la Biblia. No te conformes con que lo estudiado sea entendido superficialmente y basado en un solo lugar. Es necesario indagar más a fondo, eso es lo que parece que Dios espera cuando dice: "Todo maestro de la ley que ha sido instruido acerca del reino de los cielos es como el dueño de una casa, que de lo que tiene guardado saca tesoros nuevos y viejos" (Mat 13:52). La Palabra de Dios esconde tesoros que no se abren al investigador desprevenido. Buscar "tesoros nuevos y viejos" puede significar investigar qué relaciones pueden realizarse entre un texto y otro, entre una historia y otra, entre los personajes de la Biblia, o entre los personajes y nosotros.
Hay maneras de acicatear la mente, una de ellas es apelar a la imaginación. Ante un hecho consumado, pregúntate: "Qué pasaría si…", esto te permite ver el asunto desde una óptica nueva y estimulante. Recuerda que nunca hay una sola solución para un problema, siempre hay muchas alternativas posibles, por lo tanto podrías preguntarte: "¿Qué otras soluciones eran posibles para este caso?" Otra opción interesante podría ser: "¿Qué hubiera hecho yo en esa situación? ¿Por qué?" Al pensar en esta posibilidad te estás situando en una circunstancia nueva para ti. O al revés, trasladar a nuestro tiempo al personaje en cuestión y pensar cómo el personaje bíblico resolvería esas situaciones en la actualidad. Otra forma de buscar nuevos tesoros es comparando a los personajes bíblicos en situaciones semejantes y especular con los resultados de acuerdo a los preceptos bíblicos. Por ejemplo, podrías comparar a José y a David en cuanto al problema que ambos tuvieron con la esposa de otro hombre. Y partiendo de allí, ver qué alternativas tenían, sus circunstancias particulares, si la Biblia ofrece alguna solución al respecto, si los personajes las aplicaron o no, cuáles fueron los resultados, etc.