La mayor gracia

Ana Harper

sábado 9 de julio, 2011

COMPARTE CON TUS AMIGOS (Testificación)

 

1. Prepara y ten siempre presente una lista de respuestas a la pregunta que tarde o temprano te harán tus conocidos: ¿Por qué guardas el sábado? Algunas posibles respuestas podrían ser:

  • Porque creo en Dios, que Él creó el cielo, la tierra y el mar y conmemoró ese evento en el día que Él escogió para conmemorarlo: el sábado.

  • Guardo el sábado porque Él lo pide en el cuarto mandamiento de su ley eterna.

  • Guardo el sábado porque es una señal distintiva y diferenciadora entre los que le obedecen y los que han decidido ignorar su indicación.

  • Puede haber otras.

 

2. Prepara respuestas que le darías a un *comerciante que quiere obedecer a Dios guardando el sábado, pero ve que eso significaría cerrar en el día de la semana cuando mayores ventas se realizan. Algunas de las respuestas podrían ser:

  • Si le obedeces, Él te bendecirá de muchas maneras distintas.

  • De Dios es la plata y el oro. Él puede bendecir los otros días de la semana con mayores ventas, para compensar las que pierdes por cerrar el sábado.

  • Tu responsabilidad es obedecer lo que Dios te pide, sin preocuparte por las consecuencias. La responsabilidad de Dios es atender las consecuencias que se deriven de tu obediencia.

  • Dios tiene mil maneras de premiar tu fidelidad.

  • Busca en la comunidad de tu iglesia algún comerciante que ya haya pasado por esa experiencia y pídele que te acompañe para que su testimonio.

 

* puede ser cualquier otra persona que se enfrenta a situaciones conflictivas por ser fiel a Dios en guardar el Sábado. "Mi Dios pues suplirá todo lo que os falte..."

 

3. ¿Cómo le explicarías a tus amigos que ser redimido del pecado no significa que de allí en adelante no cometerás pecados? Dicho de otra manera: ¿Cómo le explicarías que los que han sido redimidos por Dios del pecado en algunos momentos de su vida cometerán pecados?

  • Una de las posibles respuestas que te sugiero es analizar el mensaje de Pablo en Romanos 7, donde él describe su experiencia personal de lo que es vivir de una manera simultánea la DOBLE NATURALEZA del cristiano. Para una comprensión más fácil, puedes leerla en varias versiones, especialmente alguna paráfrasis.