Una guerra, muchos frentes de batalla

29 septiembre, 2012

Es probable que te hayas hecho algunas de estas preguntas inquietantes:

¿Por qué a la gente buena le pasan cosas malas?

¿Por qué, por más que me propongo,no puedo hacer las acciones buenas que quisiera?

¿Por qué parece que hay un complot de maldad y destrucción en este mundo aunque expertos digan quela humanidad está mejorando?

¿Será que en algún lugar del universo todo es bueno y no hay maldad?

Estas preguntas tienen un marco de referencia común, un conflicto invisible pero real. Una guerra cósmica que opera en distintas esferas que van desde lo universal a lo mundial,  y también en tu interior y el mío.

Te invito a buscar el origen de esta guerra y conocer la operación en los distintos frentes. Usala Biblia como guía y los escritos de Elena de White para conocer algunos detalles que las Escrituras describen brevemente.

Origen del conflicto cósmico. su alcance universal y su resolución. Investiga cómo se inició el conflicto y los detalles de este episodio inicial (Isaías 14: 12-15; Ezequiel 28: 12-17; Génesis 3: 1-5; Apocalipsis 12:1-7). Puedes identificar aspectos importantes de la historia:

a.       Lugar del inicio del conflicto (Apocalipsis 12:7; Isaías 66:1)

b.      El generador del conflicto (Ezequiel 28:12-16)

c.       El asunto del conflicto (Ezequiel 28:17; Isaías 14: 12-14)

d.      El acusado (mira los textos anteriores para deducir la respuesta)

Además, lee el primer capítulo del libro El Gran Conflicto titulado “El origen del mal y del dolor”. Encontrarás una historia detallada del amor incomprensible de Dios ante el misterioso origen del mal, su paciencia y justicia para enfrentar la injusta acusación de Satanás, y la esperanza certera del fin del conflicto.

El conflicto a nivel mundial. Investiga cómo este conflicto universal originado en el cielo se introdujo en la tierra, los resultados y  la resolución (Génesis 3; Génesis 4; Job 1; Mateo 26-28; Apocalipsis 22). Puedes identificar aspectos importantes de la historia:

a.       Lugar de inicio del conflicto (Génesis 3)

b.      Actores iniciales (Génesis 3)

c.       Impacto inmediato (Génesis 3 y 4)

d.      Entretelones de la guerra (Job 1)

e.       El rescate (Mateo 26-28)

f.        El fin de la guerra (Apocalipsis 22)

Lee el capítulo del libro El Gran Conflicto titulado “ El glorioso triunfo final”. Encontrarás la historia emocionante del final de la guerra en este mundo. El último párrafo es como una melodía suave y pacificadora:

“El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor” (Conflicto Inminente, p. 128).

El conflicto a nivel personal. Mientras que no tenemos ningún control sobre lo que sucede en el conflicto mundial y universal, el conflicto interior sí está en la esfera de las decisiones individuales. Y la decisión individual implica una toma de partido. Una decisión de lealtad a alguno de los contrincantes: Lealtad a Dios, el acusado por Satanás en este conflicto, o lealtad a Satanás, el más hermoso ser creado que lleno de orgullo e independencia quiso ser igual a Dios.  No hay posiciones neutrales. No existe tiempo de espera. Cada uno de los pensamientos, creencias y acciones toman partido.

Investiga el consejo de Pablo a Timoteo  (1 Timoteo 3:6); el consejo de Pedro (1 Pedro 5:8, 9), y las advertencias de Jesús (Juan 16:2).

Disfruta anticipadamente de la recompensa que Dios dará a tu lealtad (Apocalipsis 14 y 22).

Lee adicionalmente el libro “El camino a Cristo” de Elena de White, que condensa la problemática humana y la solución divina.

Ingresa al estudio de las lecciones de este trimestre con el propósito de conocer más y mejor al vencedor del conflicto. Con el corazón abierto para amarlo más. Con la voluntad de crecer en Jesús.

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