El asiento más seguro dentro de un avión

03 noviembre, 2012

INTRODUCCION (ver Romanos 8:37)

Hace un par de meses, mientras estábamos abordando un vuelo, conversaba con una persona, de pronto me hizo la siguiente pregunta: En caso de accidente aéreo ¿cuál crees que sea el lugar mas seguro de este avión? –agregó-: “Algunas personas creen que estar cerca de las salidas de emergencia les da mayor esperanza para sobrevivir.”  ¿Que piensas tú?

Realmente nunca me había puesto a pensar en esto -le contesté- pero en caso de accidente aéreo las posibilidades de sobrevivir son casi nulas. Dentro de mi pensaba –no es agradable hablar de esto al inicio de un vuelo-.

Una vez en tierra- en mi primera oportunidad me puse a investigar un poco sobre algunas estadísticas de los medios de transporte y encontré lo siguiente:

En el año 2007 Popular Mechanics  realizó un estudio sobre seguridad en vuelos comerciales de los Estados Unidos desde 1971, el estudio sugiere que cuanto más atrás te sientas tienes un 40% más de las probabilidades de sobrevivir a un accidente que los de las primeras filas.

Otros estudios concluyen en que un asiento es tan seguro como el otro. Enfatizan, además que, dentro de las principales causas de esos accidentes están: errores humanos, fallas mecánicas, condiciones climatológicas, entre otros.

REFLEXIONA( ver Efesios 1:18-22)

¿Cuán seguro es tu viaje al encuentro de la segunda venida de Cristo?  El mundo vive temeroso pero nosotros pertenecemos al Dios del universo.

Nuestra esperanza es una total seguridad de victoria  a través de Dios. La muerte y resurrección de Cristo es el escenario de nuestra victoria. El poder de su fuerza nos alcanza y nos mantiene. ¿Cuál es tu actitud frente a esta realidad?

La epístola a los Romanos es una carta de aliento y consuelo dirigida a ti y a mi. ¿Crees que, por no ser lo suficientemente bueno, Dios no te salvará? En algún momento de tu vida ¿haz pensado que la salvación no es para ti?, Dios entregó a su Hijo por ti y por mí , no cambiará de pensamiento, Dios te quiere de vuelta.

¿Cuál es nuestra actitud frente a las tentaciones? Ver Rom. 8:26-39

El Espíritu Santo nos ayuda en nuestras pruebas (si Dios es con nosotros ¿quién contra nosotros?). Según el eterno propósito de Dios, aun las pruebas contribuyen al bienestar  definitivo del cristiano, auque sean duras en ese momento.

En Cristo somos más que vencedores y su amor nos protegerá de cualquier tempestad.

COMPARTE CON TUS AMIGOS (ver Santiago 4:7 y 1 Pedro 5:6-10)

  1. ¿De qué manera, sencilla y práctica, puedes demostrarle a otra persona que Dios es el centro de tu vida y puede ser el centro de su vida?

  2. ¿Cómo puedes fortalecer su estado de ánimo y acercarlo a Dios? Tal vez puedes preparar una nota bien formulada, un delicioso postre ó alguna comida.

En este mundo siempre habrá alguien más necesitado que tú, esto potencia nuestras oportunidades de compartir. Busca ayudar a alguien (escuchándolo, ayudándolo en algún trabajo, las posibilidades son ilimitadas), anímalo a tomarse de la mano de Dios (Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31).

- Hazlo, experimentarás un gozo que sólo, quien lo vive, puede describir.

 La misión de los discípulos era predicar el evangelio y sanar a los enfermos. (Mateo 10:1-8).

COMPARTE CON TU CLASE DE ESCUELA SABATICA

a) Comparte tu experiencia de la dinámica anterior, será motivante.

b) Algunos personajes de la Biblia como Pedro y Pablo experimentaron muchas victorias en Cristo (ver Hechos 5:12-16, 3:1-11 y 16:14-18),¿Con cuál personaje de la Biblia te identificas? Comparte con tu clase.

c) En la última sección del día viernes hay una pregunta, compártela con tu clase… Imagínate que eres Pedro, y que la gente quiere que, aunque sea, la toque tu sombra para ser sanado (por el poder del Espíritu Santo). ¿Qué implicaciones espirituales podría traerte? ¿Cuál  es tu única seguridad en una situación como esa?

La experiencia cristiana debe centrarse en Dios y no en uno mismo, la palabra de Dios dice “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tu y tu casa. Hechos 16:31”.

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