#Oportunidad de Amor ¡Gracias por tu #Perdón

Genaro Corral

sábado 4 de mayo, 2013

Cuando era un niño, me encantaba visitar la casa de mi abuela. En su casa en el rancho tenía algunos animales, chivas, vacas, burros, gallinas… pero los que mas llamaban mi atención eran los caballos y las vacas.

Mi madre siempre me decía que tuviera mucho cuidado que no anduviera solo ni intentándome subir a los animales porque me podía lastimar. Yo era un niño de ciudad… pero me gustaba verlos…

En ese momento se me hizo fácil subirme a una mula que estaba muy quieta, no paso ni un minuto cuando de un reparo la mula me tumbó y justo caí en el estiercol fresco que habían recogido esa mañana… que susto me llevé, pero gracias a Dios no hubo ningun hueso roto, solo un pequeño moreton y con una mascarilla de estiercol…  

¿Recuerdas algun momento de tu infancia donde desobedesiste a tus padres y  ese acto tuvo alguna consecuencia?

La lección de esta semana relata la misión de Jonás a la ciudad de Nínive para anunciar su pronta destrucción por causa de sus pecados.

Dios le da a Jonas un mandato expreso (Jonas ve a predicar a Ninive), pero Jonás desobedeció a Dios.  ¿Qué fué lo que hizo que Jonás huyera en sentido contrario al lugar que debía ir?

El mero pensamiento de dirigirse a esa gran metrópoli, las dificultades y aparentes tropiezos de la tarea, hicieron que rehuyera llevar a cabo la misión divina y que pusiera en duda la sabiduría de esa empresa. Por no haber estado a la altura de la fe vigorosa que lo habría llevado a darse cuenta de que juntamente con el mandato divino venía el poder celestial para cumplirlo, Jonás se sumergió en el desaliento, el temor y la desesperación (ver PR 199).

Jonás necesitaba aprender una lección. La gracia de Dios trae salvación a todos (Tito 2: 11)

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Contra toda lógica, intenta huir de Dios, no quería hacer la voluntad del Señor. Todavía hoy la gente tiene muchas razones para escapar de Dios.

¿Cómo podemos escondernos o huir de Aquel que conoce aún nuestros pensamientos más íntimos?

Una vez en el barco empezó una fuerte tempestad, cuando todo esfuerzo humano era inútil, lanzaron finalmente a Jonás al mar, y éste se calmó de un forma milagrosa .

Las personas que no creían en Dios y que iban en la embarcación, defraudados por sus falsos dioses, se volvieron al Dios vivo y poderoso: “Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos” (Jonás 1:16)

A pesar de nuestra indignidad, y a pesar de que muchas veces somos contrarios a hacer Su voluntad, Dios nos oye y nos utiliza para alcanzar a otros.

Comparte con tus amigos ¿Cómo podemos de manera práctica ser personas de influencia y alcanzar a otros para Cristo?

COMPARTE CON TU CLASE DE ESCUELA SABATICA

¿Cómo te sientes después de que has cumplido tu misión? Un proyecto terminado, una carrera terminada, un matrimonio consolidado, etc.

Dios le había dado a Jonas un propósito, el perdón no solo era para los Ninivitas sino también para Jonás.

¿Cómo te sientes cuando tienes una Oportunidad a la mano? ¿La aprovechas ó la dejas ir?

“A pesar de lo impía que Nínive había llegado a ser, no estaba completamente entregada al mal. El que "vió a todos los hijos de los hombres" (Sal. 33: 13) y cuyos "ojos vieron todo lo preciado“ (Job 28: 10) percibió que en aquella ciudad muchos procuraban algo mejor y superior, y que si se les concedía oportunidad de conocer al Dios viviente, renunciarían a sus malas acciones y le adorarían. De manera que en su sabiduría Dios se les reveló en forma inequívoca, para inducirlos, si era posible, a arrepentirse”. E.G.W. (Profetas y reyes, cp. 22, pg. 199)

Este sábado en el repaso de la lección comparte con tu grupo de escuela sabática algunas oportunidades que Dios nos para compartir con otros de su amor y cómo siempre está dispuesto a abrir su mano y ofrecer la salvación a todo aquel que desee obtenerla.

Al final de la historia después de cumplir la misión, Jonás estaba airado cuando Dios no destruyó a los Ninivitas (vers. 1, 4), y enojado cuando Dios permitió que se secara la calabacera (vers. 9). ¡Qué distorsionado sentido de los valores! A Jonás le importaba más la calabacera que los ninivitas.

“Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová,  ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal” (Jonás 4:2)

¿Cómo podemos estar en sintonía con Dios y no cometer el error de Jonás? La Biblia es el libro de la gracia, Dios ama al pecador.