Los recursos didácticos para el maestro de Escuela Sabática
Ismael Castillo
La didáctica tiene que ver con el “arte de enseñar”; con los recursos apropiados para “enseñar o instruir”.[1]
Se asocia a este arte, el concepto de método. Entonces podemos decir que se trata de una ciencia (porque está sujeta a leyes) y un arte, porque podemos expresarnos a través del sello de nuestra propia personalidad.
De esta manera, el grupo de estudio de la Escuela Sabática se convierte en un círculo de instrucción, en un escenario de aprendizaje.
Las circunstancias de este círculo no son las más apropiadas para un proyecto de aprendizaje de altas proporciones. ¡Casi todo está en contra! El tiempo (dicen que son 35 a 40 minutos) representa generalmente una gran presión, pues típicamente, si el programa se alarga, se escucha decir, “… el tiempo que resta es para el repaso de la lección a cargo de los maestros…” En muchas ocasiones, el tiempo que resta es menos de 25 minutos. Además los círculos están abiertos y muy cercanos entre sí, de modo que se puede escuchar la conversación de los vecinos de clase. Los grupos son heterogéneos, entre los adultos y los más jóvenes, entre los que ya tienen tiempo en la iglesia y los de recién ingreso, entre los que estudian su lección y los que no la estudian, entre los miembros y las vistas. Tampoco hay manera de tener una pizarra, así el auxilio de los recursos visuales es complicado.
Todo juega en contra para tener lo que consideramos una clase. Eso significa que todo lo que se pueda resolver en las problemáticas señaladas será de mucho provecho. Sin embargo, en la mayor parte de los casos no hay solución, por lo que al maestro le queda un recurso didáctico… ¿Pero saben qué? Es sin duda el recurso más importante:
Sí, ¡hacer preguntas!
Estas preguntas pueden desarrollar una dinámica que es crucial: comienza con leer los textos bíblicos allí mismo en la clase (para algunos resultarán más familiares que para otros) para asegurar una plataforma común de entendimiento; y después, provocar una conversación en parejas o en pequeños grupos de tres personas.
Para este trimestre, será importante tener un cuadro del santuario. Si no pueden obtener uno en su iglesia o de un libro o a través de la Internet, pueden al menos dibujar un croquis para mantener a la clase informada de los espacios, el mobiliario y las ceremonias que se llevaban a cabo en este lugar.
Otro recurso didáctico muy importante en la conversación del grupo es el testimonio personal, la forma en que el mensaje de los textos y el estudio se aplica a la vida de cada miembro de la clase; el conocimiento ganado en la semana y la experiencia compartida. De esta manera, el estudio se convierte en algo pertinente y relevante que enriquece el círculo del aprendizaje.
Pero el recurso didáctico más importante es sin duda la motivación. Los miembros de su clase ya tienen una motivación, pues si no la tuvieran, no llegarían a ocupar su lugar en el grupo. Pero, ¿cómo desatar el interés por el estudio trimestral y el de cada semana? Esto tiene que ver con los objetivos, los propósitos del estudio; así que será muy importante que planifiquen muy bien el repaso del lección. No permitan que el tiempo termine y ustedes no puedan dar una introducción interesante para el estudio de la siguiente semana. Sobre todo, compartan un propósito y los objetivos del estudio para la siguiente semana, seleccionando algunas preguntas interesantes y desafiando a los miembros de su clase a prepararse para responderlas durante la semana, de modo que tengan una experiencia para compartir.
Así que, (1) las preguntas, (2) el cuadro o dibujo del Santuario, y (3) la nota introductoria para la siguiente semana. Así se forma un círculo de aprendizaje: Motivación, ayuda visual y la reflexión profunda y compartida.
Por sobre todas las cosas, ore por el Espíritu Santo, Maestro de Maestros, sobre cuyo ministerio Jesús prometió: “… Él os guiará a toda verdad.” (Juan 16:12).