"Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2:9).

La gracia del pacto antiguo

domingo 24 abril, 2011

Jesús lo dijo de una manera sumamente clara: "A todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá" (Lucas 12:48). Este es un principio sólido, que, como adventistas, con lo mucho que se nos ha dado, haríamos bien en tomar seriamente. Basta comparar las verdades que recibimos con algunas de las otras doctrinas que hay por allí (el tormento eterno en el infierno, el sábado cambiado al domingo, los 144.000 vírgenes judíos que predicarán el evangelio cuando la iglesia haya sido secretamente raptada durante el reinado del anticristo) para comprender todo lo que se nos ha confiado.

Este principio hace que el pecado de Aarón en relación con el becerro de oro fuera mucho más grave.

Lee Éxodo 32:1 al 6. ¿Qué excusa podría haber tenido Aarón para participar en esta flagrante apostasía?

La apostasía misma era muy mala, pero que Aarón condescendiera en ella parece increíble. Piensa en todos los privilegios que tuvo Aarón. Estuvo con Moisés desde el mismo comienzo (Éxodo 4:27-30); fue el portavoz de Moisés ante Faraón (Éxodo 7:1); su vara se convirtió en serpiente, delante de Faraón (vers. 10); las aguas que se volvieron sangre mediante el golpe de su vara (vers. 20); y fue parte de un selecto grupo que pudo acercarse a Dios de manera muy especial (Éxodo 24:9, 10). En resumen, Aarón recibió muchos privilegios, y no obstante, cuando vino una prueba grande, falló miserablemente.

Sin embargo, Dios no solo le perdonó a Aarón su pecado, sino también le permitió vestir las vestiduras sagradas como el primer sumo sacerdote, un tipo del ministerio sumosacerdotal de Jesús mismo (Hebreos 8:1). Aunque Aarón fue culpable de un gran pecado, también recibió la gracia redentora de Dios, gracia tan grande que no solo lo perdonó sino también le permitió asumir un oficio sagrado que tiene que ver con la gracia, la misericordia y el perdón de Dios. Así, la vida de Aarón es un ejemplo especial de la misericordia y la redención disponibles para todos en Cristo.

¿Has fracasado alguna vez, aun miserablemente, al no vivir a la altura de lo que recibiste? ¿Cómo puedes obtener esperanza para ti mismo del ejemplo de Aarón, creyendo que no todo está perdido, aun a pesar de tus equivocaciones?

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