“Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado” (Marcos 6:30).

DAR LA GLORIA A DIOS

jueves 14 junio, 2012

Algunos vacilan en dar informes exitosos porque piensan que es una forma de alardear por logros humanos. Sin embargo, al informar fielmente se glorifica a Dios, y la iglesia se fortalece en la fe y sigue trabajando para él. Es cierto que a veces alguno puede informar con una motivación poco honorable. Esto no debe detener a los creyentes humildes de compartir las cosas poderosas que Dios ha hecho por medio de ellos al ser testigos y evangelistas para él. Si se hace con humildad, entusiasmo y amor por las almas, los informes pueden animar mucho a otros feligreses para que participen en la obra de la evangelización y de la ganancia de almas.

Lee Hechos 11:1 al 18. ¿Cómo respondió la iglesia de Jerusalén al informe que dio Pedro de la obra entre los gentiles? ¿Cómo pueden resultar importantes para nosotros hoy esos principios?

Se había criticado a Pedro por aventurarse a testificar fuera de los círculos judíos; pero, como resultado del informe de Pedro a la iglesia de Jerusalén, las críticas cesaron y los creyentes judíos glorificaron a Dios.

Hoy no es fácil comprender los problemas de ese entonces. El evangelio debía ir a todos, judíos y gentiles, aunque “al judío primeramente” (Romamos 1:16). Todos sabían eso. No obstante, en el contexto del libro de los Hechos, la idea de que las promesas del Pacto se extendieran a los gentiles requería un cambio grande en el pensamiento judío. Pero, por los informes de la actividad de Dios, los feligreses obtuvieron una nueva comprensión del deseo de Dios de salvar a la gente en todas partes, aun cuando siempre había sido el plan de Dios salvar a todos los que querían ser salvos (Efesios 1:1-4; Isaías 53:6; Hebreos 2:9).

Podemos leer en dos minutos el informe de Pedro registrado en Hechos 11:1 al 18. Suponemos que su informe, y las preguntas y respuestas, tomaron más tiempo. Además, aunque Pedro se refiere a sí mismo durante todo el informe, y aunque algunos miembros habrán dicho: “Muy bien hecho, Pedro”, toda la gloria fue dada a Dios, y los líderes de la iglesia fueron estimulados a comprender que la comisión evangélica a todo el mundo sería una realidad.

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