"Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas" (Lucas13:18, 19).
RECUPERAR EX MIEMBROS
Apóstata es una palabra que nos gustaría que no existiera en el vocabulario cristiano. Sin embargo, muchas personas se alejan de la iglesia y de una relación salvadora con el Señor. Aunque a veces algunos se apartan por asuntos de doctrina, la mayoría de las veces se van por disputas personales, y otras cosas así. Cualesquiera que sean las razones, necesitamos hacer todo lo posible para crear un ambiente agradable, a fin de que los que se unen a la iglesia deseen quedarse entre nosotros, a pesar de que surja algún problema.
También debemos tener un ministerio hacia los ex miembros y los miembros que no asisten. Una mirada a las listas de miembros de las iglesias probablemente revelará que hay muchos más nombres en las listas que los que asisten a la iglesia cada sábado. Estos nombres podrían formar el comienzo de un ministerio especial en favor de la gente a la que Dios nunca ha dejado de amar.
Considera seriamente 2 Corintios 5:18 al 20. Aunque el contexto sea algo diferente del nuestro, el principio es importante. ¿De qué manera el "ministerio de reconciliación" es especial para quienes una vez siguieron a Dios pero que se han apartado?
Recuperar a los ex miembros es un ministerio especial. Además, este ministerio es tan evangelizador como el de buscar a las personas que nunca antes aceptaron a Cristo. La misma palabra reconciliación implica que había una unidad anterior entre la humanidad y Dios, que ahora se ha restaurado por medio de Jesucristo. Además, se nos ha dado un ministerio de reconciliación que incluye recuperar a los que una vez adoraron con nosotros.
Podríamos alegar que, en Mateo 10:5 y 6, Jesús envió a sus discípulos a recuperar a los miembros de la nación judía que se habían apartado de su Señor. De este modo, es muy apropiado que hoy también hagamos una obra por esas personas que tienen una historia especial con Dios y con su iglesia.
Piensa en los que dejaron la iglesia y la razón por la que lo hicieron. ¿Hay alguna persona con la que podrías restablecer contacto, renovar una amistad y ministrarla, y procurar conectarla de nuevo con la iglesia? ora acerca de cómo podrías hacer algo así.