“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero” (1 Tesalonicenses 4:16).
RESUCITAR EN CRISTO
En 1 Tesalonicenses 4:13 al 5:11, Pablo se basa en las enseñanzas terrenales de Jesús. Hay más de una docena de similitudes entre estos pasajes del tiempo del fin y los dichos de Jesús registrados en Mateo, Marcos y Lucas. Pero, cuando Pablo habla acerca de la "palabra del Señor" en 1 Tesalonicenses 4:15, se está refiriendo a un dicho de Jesús que no entró en los cuatro evangelios, pero que Pablo conservó (lo mismo se ve en Hechos 20:35).
Lee 1 Tesalonicenses 4:15 y 16. Según Pablo, ¿qué sucederá cuando Cristo regrese? Ver también Apocalipsis 1:7; Mateo 24:31; Juan 5:28, 29; Hechos 1:9-11.
La segunda venida de Cristo será estruendosa. Estará acompañada por la fuerte orden de un arcángel y la trompeta de Dios. Todos la verán y oirán (ver Apocalipsis 1:7; Mateo 24:31; Juan 5:28, 29; Hechos 1:9-11).
Aquí, el punto clave de Pablo es el orden de los eventos que sucederán cuando Jesús venga. Los tesalonicenses creían que morir antes del regreso de Jesús daba ciertas desventajas en la eternidad, tal vez una separación física eterna de quienes vivieran hasta el regreso de Jesús.
Pero Pablo asegura a los tesalonicenses que los creyentes que estén vivos no "precederán", o no tendrán ventaja, sobre los que murieron. Los muertos en Cristo se levantarán primero (ver Apocalipsis 20:4-6). Eso sucede antes de que los vivos asciendan para encontrar a Jesús en el aire (1 Tesalonicenses 4:17). Los justos muertos resucitarán y recibirán la inmortalidad junto con los que estén vivos cuando él retorne.
Este pasaje no enseña que los creyentes van al cielo al morir. Si Pablo les hubiera enseñado que los muertos estaban en el cielo, ¿por qué estarían ellos tristes y por qué no les dijo eso? El consuelo que ofrece Pablo es el saber que la resurrección los reunirá con los que habían amado.
Piensa en lo que sucede en la segunda venida de Cristo: Jesús viene desde el cielo, todos lo ven, los muertos vuelven a la vida, los vivos reciben la inmortalidad y todos son llevados juntos al cielo. Esto es fantástico y en contra de lo que el sentido común, la experiencia y la ciencia nos enseñan. No obstante, esto es lo que tenemos que creer; de otro modo, no tenemos esperanza. Y, si puedes confiar en Dios en algo como esto, ¿cómo no vas a confiar en él en cualquier cosa "menor" con la que estás luchando?