“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8.

La mayor promesa de Dios

lunes 03 junio, 2013

Lee Hageo 1:12 al 14. Nota el sentido de unidad de propósito que se observa aquí. ¿Por qué eso era tan importante para que ellos hicieran lo que habían sido llamados a hacer?

Esta vez los líderes y el pueblo remanente obedecieron instantáneamente el mensaje. Hicieron preparativos, reunieron materiales y reanudaron la obra en el templo tres semanas más tarde. En otra semana más levantaron un altar y restauraron la adoración con sacrificios (Esdras 3:1-6). En menos de cinco años el templo estaba completado.

Si bien el reino de Dios no puede identificarse con un edificio material, el libro de Hageo es un recordativo de que Dios a veces usa cosas materiales, tales como edificios, para fines espirituales.

Si se considera el acatamiento del mensaje profético como una medida del éxito del profeta, entonces Hageo se destaca como uno de los profetas de mayor éxito. Su predicación movió a la gente a la acción. Antes de un mes, se reanudó el trabajo en el templo, mientras los profetas de Dios aseguraban al pueblo que Dios les ayudaría.

Hageo 1:12 al 14 informa de la respuesta de los líderes y el pueblo al mensaje de Hageo. Todos obedecieron a Dios porque reconocieron que él había enviado a Hageo. “Temió el pueblo a Jehová” (versiculo 12), y mostró eso al adorarlo y darle la atención debida. Así Hageo podía ahora entregar una nueva palabra de Dios: “Yo estoy con vosotros” (versiculo 13). Tan pronto como la gente decidió obedecer a Dios, los mensajes de reproche se remplazaron con palabras de ánimo. La seguridad de la presencia de Dios les dio la promesa de todas las demás bendiciones. La afirmación: “Yo estoy con vosotros” retrocede a las promesas del pacto que Dios hizo durante el tiempo de los patriarcas y de Moisés (Génesis 26:3; Éxodo 3:12; Números 14:9).

Por supuesto, la mayor manifestación de Dios “con nosotros” es Jesús (ver Isaías 7:14; Mateo 1:23; 28:20). Medita en la idea de Jesús, el Creador y Sustentador del universo, viviendo entre nosotros. ¿Qué nos dice eso acerca de nuestra importancia en el universo, que es tan grande que fácilmente podemos considerarnos como nada, como insignificantes? Trae tus respuestas a la clase el sábado.

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