“Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos” Hageo 2:8.

CONCLUSIÓN

viernes 7 de junio, 2013

“Pero aun en esa hora sombría había esperanza para los que confiaban en Dios. Los profetas Hageo y Zacarías fueron suscitados para hacer frente a la crisis. En sus testimonios conmovedores, esos mensajeros revelaron al pueblo la causa de sus dificultades. Declararon que la falta de prosperidad temporal se debía a que no se había dado el primer lugar a los intereses de Dios. Si los israelitas hubiesen honrado a Dios, si le hubiesen manifestado el respeto y la cortesía que le debían, haciendo de la edificación de su casa su primer trabajo, le habrían invitado a estar presente y a bendecirlos” (PR420).

“Al segundo templo no le fue conferido el honor de ser cubierto con la nube de la gloria de Jehová, pero sí fue honrado con la presencia de Uno en quien habitaba corporalmente la plenitud de la Divinidad, de Uno que era Dios mismo manifestado en carne. Cuando el Nazareno enseñó y realizó curaciones en los atrios sagrados se cumplió la profecía gloriosa: él era el ‘Deseado de todas las naciones’ que entraba en su templo. Por la presencia de Cristo, y solo por ella, la gloria del segundo templo superó la del primero” (CS 27).

Preguntas para Dialogar:
  1. En la clase, examinen las respuestas que dieron a la pregunta de la sección del lunes, sobre la presencia de Jesús en la tierra. Piensen en las implicaciones no solo de su presencia sino de su sacrificio propio por los pecados del mundo. Analicen lo que esto significa para nuestro valor como individuos. Piensen en cuán diferente es el concepto que esto presenta respecto del valor de la humanidad en contraste con los conceptos ateos evolucionistas tan comunes hoy.
  2. Isaías habla acerca del orgulloso rey de Babilonia que, en el pináculo de su poder, “hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos” (Isa. 14:16, 17). ¿Cuán diferente es ese temblor de la intervención de Dios como la describe Hageo en el capítulo 2 de su libro?
  3. Los antiguos israelitas a menudo fueron desobedientes a los mensajes que proclamaron los profetas de Dios. Prepárate para compartir con los miembros de tu clase algunas maneras en que el pueblo de Dios actual está resistiendo los mensajes que Dios envía a su pueblo.
  4. La Biblia es muy clara: el antiguo templo y su sistema de sacrificios perdió todo valor después de la muerte de Jesús. ¿Qué nos dice Hebreos 8 y 9 acerca de las cosas que Cristo hizo y hace por nosotros, que el santuario antiguo nunca pudo hacer?