"Y los salvará en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra" Zac. 9:16
Rey De Todo El Mundo
Lee Zacarías 14. ¿Cómo hemos de entender lo que se dice aquí?
En el último capítulo, Zacarías describe un día cuando todas las naciones no arrepentidas se reunirán contra Jerusalén. A último momento, Dios intervendrá y liberará a su pueblo, y establecerá su Reino eterno sobre la Tierra. Después, todos los adversarios serán destruidos y todas las naciones adorarán al único verdadero Dios. El Señor será rey sobre todo el mundo. Habrá un solo Dios y su nombre será exaltado sobre todos los nombres. El gran "YO SOY" expresa todo lo que Dios es y siempre será. Aunque estas cosas debieron haber ocurrido si Israel hubiese sido fiel, todavía se cumplirán, pero en una escala mayor, durante la redención final del pueblo de Dios.
Cuando Zacarías anunció la venida del Mesías, no separó su primera venida de su segunda venida. Igual que otros profetas, él vislumbró el reino del Mesías como un futuro glorioso. Solo a la luz de la primera venida de Cristo podemos ahora distinguir entre las dos venidas. Agradecemos todo lo que realizó para nuestra salvación en el Calvario y esperamos con gozo el eterno Reino de Dios (ver Dan. 7:14).
Al final de este libro profético, se describe a Jerusalén en su gloria, exaltada, llena de gente y segura. Los salvados de todas las naciones participarán en la adoración del Rey eterno. La ciudad de Jerusalén entera estará llena de la santidad del Templo.
Cuando se estudian estas promesas junto con la enseñanza general de la Biblia, llegamos a la conclusión de que su cumplimiento definitivo sucederá en la Nueva Jerusalén, donde el pueblo de Dios de todas partes se reunirá y lo adorará por siempre. Esto ocurrirá solamente después de la segunda venida de Jesús. Los temas de sus alabanzas perpetuas serán el Dios de la salvación, su bondad y su poder, así como lo expresa el famoso Canto del Mar, que concluye: “Jehová reinará eternamente y para siempre” (Éxo. 15:18). Los profetas antiguos y el pueblo fiel del pasado miraron con ansiosa expectativa hacia este evento culminante.
Medita en la redención final que se nos promete: un cielo nuevo y una Tierra nueva sin pecado, muerte, sufrimiento o pérdidas. ¿Qué razones tienes para esta esperanza, y cómo puedes mantenerlas ante ti, especialmente en momentos de dificultades y dolor?