"Defiende mi causa, y redímeme; vivifícame con tu palabra" Salmos 119:154

LA PALABRA: GUARDIANA Y SALVAGUARDIA DEL REAVIVAMIENTO

jueves 18 de julio, 2013

El Espíritu Santo actuó poderosamente mediante la enseñanza y la predica­ción del apóstol Pablo cuando estableció la iglesia cristiana en Éfeso. Esta era una ciudad de unos ciento cincuenta mil habitantes. Era considerada como el mercado de Asia. Era un enorme "bazar". Los barcos traían sus mercaderías de toda Asia, y la gente se reunía en Éfeso para comprar seda fina, joyas valiosas, especias sabrosas, alfombras tejidas a mano, exquisitos objetos de arte y comidas exóticas. También era el centro de la adoración a la diosa Diana y la sede de la futura Biblioteca de Celso, con doce mil tomos. La ciudad tenía un magnífico anfiteatro con capacidad para quince mil personas. Se usaba para grandes con­ciertos y presentaciones teatrales. La promiscuidad sexual era corriente. Si alguna vez hubo un lugar con poca perspectiva para que el cristianismo se arraigara, creciera y floreciera, era Éfeso.

Lee Hechos 20:27 al 32. ¿Cuál era la preocupación de Pablo sobre los creyentes en Éfeso? ¿Cuál fue su consejo a los miembros de la iglesia en Éfeso? ¿Qué lugar le asigna a la Palabra de Dios?

Lee 1 Pedro 1:22 y 23; Santiago 1:21 y 22; y 1 Juan 2:14. Resume las enseñanzas de Pedro, Santiago y Juan con respecto a la importancia de la Biblia en la vida de cada cristiano. Nota especialmente la enseñanza de los discípulos acerca del impacto de la Biblia sobre nuestra vida espiritual.

¿Qué semejanzas ves en los textos mencionados con respecto al lugar de la Palabra de Dios? ¿Por qué, entonces, debe la Palabra de Dios estar en el centro de un reavivamiento espiritual, tanto en el ámbito personal como en el corporativo?