“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Rom. 5:10).
DE ESCLAVO A HIJO
Mientras estuvo preso en Roma, Pablo se encontró con un esclavo fugitivo llamado Onésimo, que había huido de Colosas a Roma. Pablo conocía personalmente al amo de Onésimo. La Epístola a Filemón es la apelación personal de Pablo a su amigo, con respecto a restaurar la relación con su esclavo que había huido.
Las relaciones eran importantes para Pablo. El apóstol sabía que las rela- ciones quebradas son perjudiciales para el crecimiento espiritual. Filemón era un líder de la iglesia de Colosas. Si él mantenía amargura hacia Onésimo, teñiría su testimonio cristiano.
Lee Filemón 1-25. ¿Qué principios importantes acerca de las relaciones restauradas puedes encontrar allí? Recuerda, la palabra clave es principios.
A primera vista, sorprende un tanto que Pablo no hablara con mayor fuerza contra los males de la esclavitud. Pero, la estrategia de Pablo fue mucho más efectiva. El evangelio, idealmente, rompe todas las distinciones de clases sociales (Gál. 3:28). El apóstol envió de regreso a Onésimo a casa de Filemón, no como esclavo sino como su hijo en Jesús, “amado y fiel hermano”, y colaborador en el Señor (File. 16).
Pablo sabía que los esclavos que habían huido tenían poco futuro. Podían ser apresados en cualquier momento. Estaban condenados a una vida de destitución y pobreza. Pero ahora, como hermano en Cristo de Filemón y un obrero dispuesto, Onésimo podía tener un futuro maravilloso. Su alimento, alojamiento y trabajo podían ser seguros bajo Filemón. La restauración de una relación quebrada podía marcar una diferencia dramática en su vida. Llegó a ser un “amado y fiel hermano”, y colaborador en el evangelio con Pablo (Col. 4:9).
De los principios del evangelio como se los ve aquí, ¿qué puedes obtener que te puede ayudar a tratar con cualquier estrés y tirantez, aun fracturas, que tengas en tus relaciones con otros?