“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como la de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

1 Pedro 1:18 y 19

LA IMPOSICIÓN DE MANOS

lunes 28 octubre, 2013

Lee Levítico 4:27 al 31. ¿Qué actividades rituales se realizaban junto con el sacrificio?

El propósito de la ofrenda era quitar el pecado y la culpa del pecador, transferir la responsabilidad al Santuario, y permitir que el pecador saliera perdonado y limpiado. En casos sumamente raros, uno podía llevar una cierta cantidad de harina como ofrenda de purificación y, aunque esta ofrenda de purificación no tenía sangre, se entendía que “sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Heb. 9:22).

El rito mismo incluía la imposición de manos, la muerte del animal, la manipulación de la sangre, el quemar la grasa y el comer la carne del animal. El pecador que traía la ofrenda recibía el perdón, pero solo después del ritual de la sangre.

Una parte vital de este proceso involucraba la imposición de las manos (Lev. 1:4; 4:4; 16:21). Esto se hacía para que la ofrenda fuera “aceptada para expiación suya” (Lev. 1:4). La ofrenda se aplicaba solo al que ponía sus manos sobre la cabeza del animal. Según Levítico 16:21, la imposición de manos estaba acompañada por una confesión del pecador; esto reconocería la transferencia del pecado al animal inocente.

La matanza era, por supuesto, básica en cualquier ofrenda animal. Después de que el animal era muerto, la sangre derramada se usaba para hacer expiación sobre el altar (Lev. 17:11). Por cuanto los pecados habían sido transferidos al animal por la imposición de las manos, debemos comprender que la muerte del animal era una muerte sustitutiva. El animal moría en lugar del pecador. Esto puede explicar por qué el acto de matar el animal debía realizarlo el pecador, el culpable, y no el sacerdote.

La siguiente vez que estés tentado a pecar, visualiza a Jesús muriendo en la cruz, y mírate poniendo las manos sobre su cabeza y confesando tus pecados sobre él. ¿Cómo podría este concepto, desarrollado en tu mente, ayudarte a comprender cuánto costó el que seas perdonado? ¿Cómo podría esta idea ayudarte a resistir esa tentación?

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