“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como la de un cordero sin mancha y sin contaminación”.

1 Pedro 1:18 y 19

Conclusión

viernes 1 de noviembre, 2013

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

Elena de White, “El Tabernáculo y sus servicios”, Patriarcas y profetas, p. 356-372.

“Como Cristo, después de su ascensión, compareció ante la presencia de Dios para ofrecer su sangre en beneficio de los creyentes arrepentidos, así el sacerdote rociaba en el servicio diario la sangre del sacrificio en el Lugar Santo a favor de los pecadores.

“Aunque la sangre de Cristo habría de librar al pecador arrepentido de la condenación de la Ley, no había de anular el pecado; este queda registrado en el Santuario hasta la expiación final; así en el símbolo, la sangre de la víctima quitaba el pecado del arrepentido, pero quedaba en el Santuario hasta el día de la expiación”

PP 371

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Algunos han alegado que todo el concepto de sustitución es injusto. ¿Por qué el inocente debe morir en lugar del culpable? Sin embargo, por cuanto esto es una verdad que no solo se enseña claramente en la Biblia, sino también es su tema central, ¿cómo respondemos a esa acusación? ¿Podría ser que la “injusticia” de todo ello nos ayude a entender la gracia que se exhibió a fin de darnos el perdón? Es decir, ¿de qué maneras podría esta “injusticia” ayudarnos a comprender precisamente cuán grande, misericordioso y amante es realmente nuestro Dios?
  2. Como clase, lean Miqueas 6:8. ¿Qué se nos indica aquí? Pero, más importante, ¿cómo podemos aprender a cumplir este mandato explícito? ¿Cómo aprendemos a hacer todas estas cosas, incluyendo “humillarte ante tu Dios” (“caminar humildemente con tu Dios”, BJ)? ¿Qué significa esto? ¿De qué modo el caminar con Dios puede traducirse en caminar humildemente con otros?
  3. Piensa acerca de lo que significa que el único camino para ser salvos haya sido por medio de la muerte de Jesús. ¿Qué nos enseña esta verdad asombrosa acerca de cuán verdaderamente malo es el pecado, y por qué cualquier esfuerzo para salvarnos por nuestras buenas obras es tan inútil?
  4. En la clase, repasen la pregunta al final de la lección del miércoles. Analicen las respuestas que dieron, y la implicaciones de esas respuestas en relación con el evangelio y lo que Dios hizo por nosotros para salvarnos.