“Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán”

Daniel 7:27

EL TIEMPO DEL JUICIO

martes 26 noviembre, 2013

Lee Daniel 7:7 al 10, 21, 22, 25, 26. ¿Cuándo ocurre el juicio de Daniel 7?

Tanto en la visión como en la interpretación angélica, el juicio sigue a la respuesta de Dios ante la presunción del cuerno pequeño, y culmina con la transferencia del reino a los santos de Dios. La Biblia describe el juicio como que sucede durante el tiempo cuando el poder del cuerno todavía existe (Dan. 7:8, 9). El dominio del cuerno es quitado solamente después de que el tribunal se reúne para juzgar; entonces, cuando termina el proceso judicial, todos los reinos de la tierra serán destruidos (vers. 26).

Lo que esto significa, claramente, es que el juicio debe ocurrir antes de la segunda venida. Es un juicio previo al advenimiento, que comienza algún tiempo después del “tiempo, y tiempos, y medio tiempo” (vers. 25). ¿Cómo podría haber una recompensa o un castigo finales si no fuera por un juicio que los precede?

En realidad, los santos son recompensados en el momento del advenimiento de Cristo, que presupone que ya han sido juzgados. En forma similar, los impíos, incluyendo los poderes demoníacos, serán juzgados durante el milenio antes de que Dios ejecute el juicio final. (Ver Apoc. 20.)

¿Por qué Dios necesita un juicio? ¿Acaso “no conoce el Señor a los que son suyos”? 2 Tim. 2:19.

Por supuesto, nuestro Dios omnisapiente sabe perfectamente quiénes son de su pueblo. No necesita un juicio para decidir quién será salvo. Más bien, el juicio anterior al advenimiento muestra que el Juez es justo al salvar a su pueblo. Los seres celestiales necesitan estar seguros de que está bien que se salven los santos.

Al procurar comprender el significado del juicio, necesitamos recordar la realidad del escenario de la gran controversia, a la que se alude en estos textos, porque vemos que la hueste angélica es testigo del juicio. Otros seres tienen interés en el resultado final del plan de salvación.

“Conoce el Señor a los que son suyos”. ¿Cómo puedes estar seguro de que eres uno de los “suyos”? ¿Cuál es la única manera de estar seguros? (Rom. 8:1).

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