“También oí a otro, que desde el altar decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos”

Apocalipsis 16:7

ESPECTÁCULO CÓSMICO

jueves 19 diciembre, 2013

Durante el sermón del monte, Jesús pronuncia estas palabras asombrosas: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mat. 5:16). Con esto él revela un principio que, aunque es fácilmente mal entendido, no obstante se ve en toda la Biblia. Dice cómo podemos traer gloria o vergüenza a Dios por nuestras acciones mientras seguimos a Cristo.

Lee Ezequiel 36:23 al 27. ¿Cómo vindicaría Dios su nombre en el antiguo Israel?

Estos versículos abarcan uno de los pasajes clásicos sobre el nuevo pacto. Dios desea obrar una transformación dramática entre su pueblo. Lo limpiará (vers. 25), y le otorgará un corazón nuevo y un espíritu nuevo (vers. 26), para que pueda llegar a estar compuesto por personas santas que sigan los mandamientos de Dios. Lo que Dios quiere lograr es justificar y santificar a los creyentes, y por medio de sus vidas ellos honrarán a Dios por lo que él es y lo que hace (vers. 23).

Por supuesto, el elemento clave para vindicar el carácter de Dios ante el universo es la cruz.

“Satanás vio que su disfraz le había sido arrancado. Su administración quedaba desenmascarada delante de los ángeles que no habían caído y delante del universo celestial. Se había revelado como homicida. Al derramar la sangre del Hijo de Dios, había perdido la simpatía de los seres celestiales”

DTG 709

Al mismo tiempo, los seguidores de Jesús del Nuevo Testamento son un “espectáculo al mundo, a los ángeles y a los hombres” (1 Cor. 4:9). Es decir, lo que hacemos no solo lo ven otras personas sino también las inteligencias celestiales. ¿Qué clase de testimonio presentamos? Por medio de nuestra vida podemos dar a conocer la “multiforme sabiduría de Dios [...] a los principados y potestades en los lugares celestiales” (Efe. 3:10). O nuestra vida puede traer vergüenza y deshonra al nombre de Dios, a quien profesamos servir.

¿Qué clase de espectáculo presenta tu vida a otras personas y a los ángeles? ¿Glorifica ella a Dios o Satanás puede regocijarse, especialmente porque profesas ser un seguidor de Jesús?

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