“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo”
Mateo 13:34 y 35
SABIDURÍA ARQUITECTÓNICA
Lee Mateo 7:24 al 27. ¿Cómo contribuyen estos versículos a nuestra comprensión del discipulado cristiano? ¿Por qué usó Jesús este ejemplo de la naturaleza para enseñar esta verdad tan vital?
Las sociedades cultas modernas dan por sentada la capacidad de leer y escribir. Sin embargo, aún hoy existen muchas sociedades analfabetas. En la antigüedad, el alfabetismo era la excepción, y no la regla. Las clases gobernantes, especialistas en escritura (escribas), obtenían poder por su capacidad de leer. Así, Jesús dio sus mensajes de manera tal que la gente analfabeta (y la educada) podía comprenderlos.
Antes de que Gutenberg inventara la imprenta moderna, los libros eran escritos a mano, un proceso que consumía mucho tiempo. Relativamente pocos podían darse el lujo de poseer elementos tan valiosos. Por lo tanto, la comunicación oral por medio de leyendas, parábolas y otros medios era la norma para la transmisión de información.
Dios ofrece salvación a toda la raza humana. ¿Nos sorprende que Cristo usara esa forma de comunicación para alcanzar al mayor número de personas? La tradición oral, transferida de generación en generación por medio de historias sencillas, fue la forma corriente para el pensamiento redentor.
Lee Lucas 14:27 al 33. ¿Qué lecciones podemos obtener de estas historias? ¿De qué modo estas metáforas iluminan nuestra comprensión del discipulado?
La edificación incluye preparación. Mucho antes de que comience la construcción, se estima su costo. El discipulado también involucra preparación. Alimentaciones milagrosas, curaciones espectaculares y éxitos aparentes podían llevar a los discípulos a suponer que seguir a Jesús era fácil. Jesús animó a sus oyentes a estudiar el cuadro completo. Sacrificio propio, sufrimientos, humillaciones y rechazo son costos considerables. Nota que Jesús eligió transmitir este mensaje usando un lenguaje metafórico cuando simplemente podría haber ofrecido una lista de cosas negativas específicas que sus discípulos podrían tener que afrontar.