“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba; para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo: Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo”

Mateo 13:34 y 35

LA GUERRA DEL REVOLUCIONARIO

miércoles 08 enero, 2014

El ministerio de Cristo fue revolucionario pero sin las armas comunes. Sus herramientas eran infinitamente más poderosas que las espadas o los cuchillos. Palabras que cambian la vida, expresadas con frecuencia mediante parábolas y metáforas, fueron sus armas no tan secretas en la lucha contra el mal.

Las tácticas y las estrategias de Cristo tomaron por sorpresa a muchos líderes; no estaban bien equipados para contrarrestar el poder de la apelación de Jesús a las masas. Muchas de sus parábolas contenían mensajes que denunciaban a los líderes. Los dirigentes religiosos vieron correctamente que su influencia sería en gran manera limitada dondequiera que el mensaje de Cristo penetrara en los corazones de la gente.

Lee Mateo 21:28 al 32; y Lucas 14:16 al 24 y 20:9 al 19. ¿Qué poderosos mensajes surgen de estas parábolas? Aunque las parábolas a menudo eran dirigidas a personas específicas, ¿qué principios se aplican aquí a nosotros, no importa quiénes seamos?

“La parábola de la viña se aplica no solo a la nación judía. Tiene una lec- ción para nosotros. La iglesia en esta generación ha sido dotada por Dios de grandes privilegios y bendiciones, y él espera los resultados correspondientes”

PVGM 238

No hay dudas de que hemos sido grandemente bendecidos por el Señor: hemos sido redimidos por la sangre de Cristo, la salvación se nos ha prometido basada en su justicia (no la nuestra), se nos da la seguridad de la vida eterna y se nos ofrece al Espíritu Santo; mucho se nos ha otorgado. Sin embargo, es fácil olvidar todo lo que tenemos, o darlo por sentado, o aun burlarnos de ello. Como los labradores de la parábola, podemos no darnos cuenta de las implicaciones de lo que hacemos. Al fin, la ignorancia de ellos no los excusará en el Día del Juicio. Tampoco nos excusará a nosotros.

¿Cuán a menudo has sido engañado en el pasado acerca de tu condición espiritual? ¿Qué aprendiste de esas experiencias que podría ayudarte a evitar cometer los mismos errores otra vez?

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