“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”

Juan 15:8.

 

CUANDO JESÚS ESTIMULÓ LA PACIENCIA

lunes 17 de marzo, 2014

Lee Lucas 24:47 al 53; y Hechos 1:6 al 8 y 16:6 al 10. ¿Por qué era necesario esperar al Espíritu? ¿Cuál fue el lugar del Espíritu en la tarea evangelizadora de la iglesia primitiva? ¿Qué estímulo podrían obtener los creyentes modernos de la experiencia de Pablo frente a la frustración? ¿Qué lecciones con respecto a la paciencia y a esperar los tiempos de Dios se sugieren en estos pasajes?

Por medio de la palabra y el ejemplo, Jesús enseñó a sus discípulos la paciencia. Frente a la intolerancia, la ignorancia, los malentendidos y, directamente, la conspiración, Cristo perseveró en la paciencia. Esta perseverancia estaba anclada en la dependencia completa de Cristo del Espíritu de Dios. Jesús entendió que, a menos que estos discípulos también experimentaran esta dependencia, el progreso del Reino terminaría estando seriamente limitado. A la inversa, si ellos aprendían desde el comienzo esta lección, su ministerio futuro estaría destinado a logros celestiales. Por lo tanto, su orden al despedirse fue: “Esperen”.

Cristo desea que los creyentes modernos también dominen esa lección. Cristianos bien intencionados pero con mucha confianza propia pueden traer vergüenza a sí mismos y al Reino de Dios cuando esperan pacientemente, pero de mala gana, la conducción del Espíritu.

El apóstol Pablo trazó planes ambiciosos para entrar en Bitinia; pero, aun el testarudo Pablo era sensible a la conducción del Espíritu, y aceptó la interferencia del Espíritu en vez de resistirla. El apóstol recibió de buena gana la directiva del Espíritu que, en cambio, lo envió a Macedonia. Muchos milagros acompañaron sus esfuerzos allí. Si Pablo hubiera seguido sus propios planes, la misión europea tal vez se habría detenido indefinidamente.

¿Cómo pueden los espíritus ansiosos calmarse para esperar pacientemente la conducción del Espíritu? ¿Qué acciones prácticas deberíamos llevar a cabo en nuestros esfuerzos para cultivar esa paciencia? Una confianza paciente y llena de oración ¿qué indica sobre nuestra relación con Dios?