“En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos”
Juan 15:8.
La siega y los segadores
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 1:40 al 46; 4:28 al 30; Lucas 24:4 al 53; Hechos 1:6 al 8; Mateo 9:36 al 38; Lucas 15.
EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA es una continuación del anterior. Cristo estableció líderes espirituales con el propósito de proclamar el Reino de Dios. Los principios y la metodología que Jesús usó siguen siendo el fundamento espiritual para la preparación del cristiano de hoy.
Es decir, las teorías modernas para el liderazgo nunca deben sustituir el fundamento que Cristo puso. Cada vez que la excitación y la publicidad tienen prioridad sobre el crecimiento espiritual, los resultados son superficiales y dan esterilidad espiritual. Cada vez que el proselitismo desplaza el arrepentimiento, la conversión y la transformación espiritual, la misión tambalea. Entrenar a los líderes para dirigir campañas de aumento de feligresía, y para hacer publicidad en los medios y relaciones públicas en lugar de prepararlos para la guerra espiritual es invitar al desastre. La verdadera evangelización y discipulado están centrados en 1) el reconocimiento de nuestra pecaminosidad, 2) una real contrición de corazón, 3) nuestra entrega espiritual total y 4) el impulso irreprimible de diseminar el mensaje divino.