“Y nuestra esperanza respecto de vosotros es firme, pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones, también lo sois en la consolación”

2 Corintios 1:7

El costo del discipulado

sábado 22 de marzo, 2014

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 12:49 al 53; Deuteronomio 21:15; 1 Corintios 9:24 al 27; Mateo 18:8, 9; Juan 14:1 al 3; Hebreos 11:32 al 12:4.

A LO LARGO DE LA HISTORIA, millones de personas voluntariamente sacrificaron su vida por Cristo. Fueron encarceladas, torturadas, aun ejecutadas. Millones renunciaron a sus empleos, sufrieron el ridículo, soportaron que su familia los expulsaran y perseveraron a través de persecuciones religiosas, pero no renunciaron a Cristo. Solo Dios conoce el sufrimiento que sus fieles soportaron.

Por supuesto, Pablo advirtió de antemano: “También todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Tim. 3:12). Y Pedro afirmó: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” (1 Ped. 2:21).

A pesar de las promesas de los así llamados “predicadores de prosperidad”, los automóviles de lujo y las ganancias económicas no son bendiciones automáticas otorgadas a los creyentes.

Al final, estamos seguros de que, cualquiera que sea el costo del discipulado, si consideramos la recompensa definitiva, ese costo es muy bajo.