“Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él”
Juan 5:46
Conclusión
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee de E. G. de White “La Fiesta de las Cabañas”, y “Entre trampas y peligros”, El Deseado de todas las gentes, p. 411-418; 419-427.
“Tres veces al año, los judíos debían congregarse en Jerusalén con propósitos religiosos. Desde la columna de nube que lo envolvía, el invisible Conductor de Israel había dado las instrucciones referentes a estas reuniones. Durante el cautiverio, los judíos no pudieron observarlas; pero, cuando el pueblo volvió a su patria reanudó la observancia de estas fiestas recordativas. Dios quería que estos aniversarios llamasen hacia él la atención del pueblo”
DTG, p. 411
“Era natural que los padres de Jesús lo considerasen como su propio hijo. Él estaba diariamente con ellos; en muchos respectos su vida era igual a la de los otros niños, y les era difícil comprender que era el Hijo de Dios. Corrían el peligro de no apreciar la bendición que se les concedía con la presencia del Redentor del mundo. El pesar de verse separados de él, y el suave reproche que sus palabras implicaban, estaban destinados a hacerles ver el carácter sagrado de su cometido”
DTG, p. 61
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Medita en la increíble verdad de que, aunque era Jesús quien habría instituido esas leyes, cuando tomó la humanidad se puso a sí mismo bajo ellas. ¿Qué nos dice esto acerca del carácter de Dios?
- Trata de ponerte en el lugar de José y María. ¿Acaso sorprende que no entendieran plenamente todo lo que se relacionaba con Jesús? ¿No hay quizá muchas cosas que nosotros tampoco comprendemos acerca de Jesús? ¿Cómo podemos aprender a confiar y obedecer a pesar de las muchas cosas que no entendemos?
- ¿Qué dirías a un cristiano que alega que debemos guardar las fiestas? (Podrías comenzar preguntando: “¿Cómo piensa usted guardarlas, siendo que todas las fiestas giraban en torno al templo, que hace mucho fue destruido, y al derramamiento de sangre, que también se ha terminado?”)