“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley, hasta que todo se haya cumplido”

Mateo 5:17 y 18

HOMICIDIO (Mat. 5:21-26)

lunes 21 abril, 2014

Después de haber clarificado su intención de afirmar la Ley, Jesús comenzó a explicar la justicia que excede la de los escribas y los fariseos. Empieza citando el sexto mandamiento (Éxo. 20:13) y resumiendo el castigo por su violación en la ley de Moisés (Éxo. 21:12; Lev. 24:17).

El sexto mandamiento no incluye todas las circunstancias en las que una persona mata a otra. En caso de haber matado a un hombre involuntariamente, una persona podía huir a una ciudad de refugio y obtener asilo temporario (Éxo. 21:13; Núm. 35:12). Sin embargo, uno que quitaba intencionalmente la vida a otro recibía un castigo rápido (Éxo. 21:14). En su explicación, Jesús no se concentró en el acto mismo, sino en el motivo y las intenciones del que comete el acto. Uno puede quitar la vida en forma accidental, pero la persona que mata a propósito ha tenido un período de deliberación. El pecado ocurrió antes de que la persona realizara su terrible acto. Muchos asesinos potenciales se detienen solo por una falta de oportunidad para hacerlo.

Lee Mateo 5:22. ¿A qué iguala Jesús el homicidio? ¿De qué modo 1 Juan 3:15 ayuda a enfatizar este punto? ¿Cuál es el verdadero problema que Jesús señala aquí, y qué nos dice acerca del verdadero alcance de la Ley de Dios?

Aunque frecuentemente la Biblia habla del poder de las palabras, Jesús lleva esto a un nivel más profundo. A menudo, el único propósito de las palabras duras o de maldecir es generar sentimientos negativos en la víctima. El punto que presenta Jesús es clarísimo. No solo los que realizan el crimen son culpables de homicidio, sino también los que hablan palabras ásperas a otros, o aun los que albergan pensamientos asesinos. Jesús aconseja, a los que abrigan estos pensamientos, reconciliarse con sus víctimas antes de llegar frente al altar (Mat. 5:23-26).

Medita en las implicaciones de las palabras de Jesús en los textos para hoy. ¿Cómo te sientes en este aspecto? ¿Qué nos dice esta norma tan elevada acerca de la necesidad de estar cubiertos por la justicia de Cristo todo el tiempo?

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