“El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo”

Marcos 2:27 y 28

EL SÁBADO ¿JUDÍO? (Éxo. 20:8-11)

domingo 27 abril, 2014

Aunque muchos se refieren al séptimo día como el “sábado judío”, la Biblia revela que el sábado es anterior a los judíos en muchos siglos. Sus raíces van hasta la creación misma.

Génesis 2:1 al 3 declara que, después de que Dios completó sus actos de creación en seis días, descansó en el séptimo y luego “bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó”. Esto muestra claramente el elevado lugar del sábado en la creación divina. Además de bendecirlo, el sábado también fue “santificado”. En otras palabras, Dios aplicó algunas de sus propias cualidades a este monumento en el tiempo.

Compara la forma en que está expresado el mandamiento del sábado en Éxodo 20:8 al 11 y Deuteronomio 5:12 al 15. ¿De qué modo se relacionan ellos con la teoría de que el sábado es solo para los judíos?

La diferencia más notable entre estas dos formas de enunciar este mandamiento es la razón de la observancia del sábado. Éxodo hace una referencia directa a Génesis 2:3 al exaltar el hecho de que Dios “bendijo” y “santificó” el sábado. Por otro lado, Deuteronomio 5:15 apunta a la liberación divina de Israel de la esclavitud egipcia como la razón para la observancia del sábado. Basados en el texto de Deuteronomio, muchos creen que el sábado es solo para los judíos. Sin embargo, este argumento ignora totalmente el hecho de que el texto del Éxodo señala la Creación, cuando Dios estableció el sábado para toda la humanidad.

Además, la referencia de Deuteronomio 5:15 a la liberación de Egipto es un símbolo de la salvación que tenemos en Cristo. Por lo tanto, el sábado simboliza no solo la Creación, sino también la Redención, dos temas que están vinculados entre sí en la Biblia (Heb. 1:1-3; Col. 1:13-20; Juan 1:1-14). Jesús puede ser nuestro Redentor solamente por el hecho de que es nuestro Creador, y el sábado del séptimo día es símbolo de su obra en ambas funciones.

Cualquiera puede pretender descansar en Cristo. En tu propia experiencia, ¿de qué manera la observancia del sábado en el séptimo día te ayuda a encontrar ese descanso?

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