“Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos” Prov. 10:6
La Recompensa de los Justos
Como ya vimos en Proverbios, se ha presentado mucha instrucción y enseñanza por medio del contraste de dos tipos de personas. “El sabio hace esto; el insensato, aquello”. “El hombre piadoso hace esto, el malvado hace lo otro”.
Por supuesto, en realidad hay un poco de sabiduría y de insensatez en todos nosotros. Con la excepción de Jesús, todos somos pecadores, y estamos “privados de la gloria de Dios” (Rom. 3:23, NVI). Afortunadamente, tenemos la maravillosa promesa que aparece en el versículo siguiente: aunque somos pecadores, por fe podemos ser “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Rom. 3:24).
Al fin, toda la humanidad estará en uno u otro de los dos bandos: seremos salvos o perdidos.
Lee Juan 3:16. ¿Qué dos opciones afronta toda la humanidad?
Lee Proverbios 13. ¿Cómo se contrasta en este capítulo la experiencia y la suerte del justo con la del pecador?
A los sabios se los compara con lámparas duraderas, mientras que a los impíos, con una lámpara que se apagará (Prov. 13:9. La persona sabia gozará del buen fruto de su trabajo, mientras que el pecador cosechará el mal (vers. 2, 25). Por medio de sus hijos, el sabio tiene un futuro más allá de sí mismo (vers. 22); el pecador, en cambio, dejará su riqueza a extraños; aun hasta al justo (vers. 22).
El punto claro aquí es que la vida de fe y obediencia a Dios es mejor que una de desobediencia y necedad.
Poniendo a un lado el gran tema de la promesa de vida eterna, ¿cuáles son algunas de las ventajas inmediatas y diarias que has experimentado al vivir una vida de fe en Cristo?