"Porque nada hay imposible para Dios" Luc. 1:37
“LLAMARÁS SU NOMBRE JESÚS”
El nacimiento de Jesucristo no fue un acontecimiento normal. Fue señalado en el eterno calendario de Dios y, “cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer” (Gál. 4:4). Fue el cumplimiento de la primera promesa que hizo Dios después de la entrada del pecado en el Edén (Gén. 3:15).
Lee los siguientes pares de textos. En cada uno, ¿de qué forma el nacimiento de Jesús fue un cumplimiento asombroso de la profecía? ¿Qué nos dice esto acerca de por qué tenemos que aprender a confiar en todas las promesas de Dios? Deut. 18:15 y Hech. 3:22-24; Isa. 7:14 y Mat. 1:22, 23; Miq. 5:2 y Luc. 2:4-7. Seis meses después de que Gabriel anunciara a Zacarías el venidero nacimiento de Juan, anunció también a María de Nazaret un milagro aún mayor: siendo virgen “concebirás [...] y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús” (Luc. 1:31).
El nacimiento virginal de Jesús va contra la naturaleza, y no puede explicarse en forma natural ni con la filosofía naturalista. Aun María planteó la pregunta: “¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (vers. 34). El ángel le aseguró que sería la obra del Espíritu Santo (vers. 35), y que “nada hay imposible para Dios” (vers. 37). La sumisión inmediata y fiel de María fue notable: “Hágase conmigo conforme a tu palabra” (vers. 38). Toda duda humana, no importa cuán natural o lógica sea, debe dar lugar a la respuesta divina. Sea la Creación o la Cruz, la Encarnación o la Resurrección, el descenso del maná o el derramamiento en Pentecostés, la iniciativa divina demanda la entrega y la aceptación humanas.
Aunque María respondió con sumisión y entrega a la soberanía y los propósitos eternos de Dios, Gabriel la afirmó con otra gran respuesta: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (vers. 35).
Algunas culturas secularizadas han sido constreñidas a creer que todo, en última instancia, tiene una explicación naturalista y científica. ¿Por qué esta es una visión estrecha, incluso superficial, de la majestuosidad y la grandeza de la realidad?