“Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones” Gál. 3:6-8

EL TESTIMONIO DE ABRAHAM A LOS REYES

lunes 06 julio, 2015

Lot era un pariente de Abraham que lo acompañó en algunos de sus viajes. Su elección de vivir en el bien regado valle del Jordán lo llevó a la compañía de los hombres malvados de Sodoma (Gén. 13:1-13). Allí fue rescatado, primero por Abraham (Gén. 14:11-16), y más tarde por dos ángeles (Gén. 19).

Cuando Abraham oyó que su pariente Lot estaba en dificultades, decidió ayudarlo. Para rescatar a Lot, Abraham encabezó una fuerza militar de más de trescientos hombres de su propio entorno familiar. En la batalla por Sodoma participaron varios reyes, y Abraham resultó el vencedor.Lee Génesis 14:8 al 24. ¿Qué dicen los actos de Abraham acerca de su carácter y, en consecuencia, acerca de su fe en su Dios?

Abraham reveló el poder de Dios a los reyes que él conquistó. Aun durante su misión de rescate, el “padre de los fieles” no perdió de vista su llamado divino de ser una bendición para las naciones.

“El adorador de Jehová no solo había prestado un gran servicio al país, sino también se había revelado como un hombre de valor. Se vio que la justicia no es cobarde, y que la religión de Abraham le daba valor para mantener el derecho y defender a los oprimidos. Su heroica hazaña le dio amplia influencia entre las tribus circunvecinas. A su regreso, el rey de Sodoma le salió al encuentro con su séquito para honrarlo como conquistador. Le pidió que conservase los bienes, solicitándole solo la entrega de los prisioneros. Conforme a las leyes de la guerra, el botín pertenecía a los vencedores; pero Abraham no había emprendido esta expedición con el objeto de obtener lucro, y rehusó aprovecharse de los desdichados; solo estipuló que sus aliados recibiesen la porción a la que tenían derecho” (PP 129).

Piensa en tu trato con otros. ¿Qué clase de testimonio presentas acerca de tu fe?



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