“He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá” (Jer. 31:31).

EL PACTO CON ABRAHAM

lunes 7 de diciembre, 2015

Lee Génesis 12:1 al 3; 15:1 al 5; 17:1 al 14. ¿Qué nos indican estos textos acerca de lo que Dios quería lograr por medio del pacto que hizo con Abraham?

El pacto abrahámico de gracia es fundamental para todo el curso de la historia de la salvación. Por eso Pablo lo usó para ayudar a explicar el plan de salvación como se cumplió en Jesús.

Lee Gálatas 3:6 al 9 y 15 al 18. Según Pablo, ¿en qué sentido el pacto hecho con Abraham se conecta con Jesús y la salvación solo por la fe?

Por medio de la simiente de Abraham, refiriéndose no solo a sus muchos descendientes, sino en particular a uno, Jesús (ver Gál. 3:16), Dios bendeciría al mundo entero. Todos los que fueran de la simiente de Abraham, incluso aquellos que pertenecieran a ella solo por fe (Gál. 3:29), recibirían la promesa del pacto hecho a Abraham. Aun en ese tiempo, Abraham “creyó a Dios, y le fue contado por justicia” (Gál. 3:6). Abraham no fue salvado por obras más que el ladrón en la cruz; siempre es la gracia salvadora de Dios, y ella sola, lo que trae la salvación. Abraham cumplió su parte de la promesa del pacto, no porque fuera perfecto, ya que no lo era, sino porque fue obediente, lo que reveló la fe que se aferra a la promesa de salvación. Sus obras no lo justificaron; en cambio, las obras mostraron que él ya estaba justificado. Esa es la esencia del pacto y cómo se expresa en la vida de fe (ver Rom. 4:1-3).

Medita en la gran verdad de que la esperanza de salvación solo viene por la justicia de Jesús acreditada a ti por fe. ¿Qué gran esperanza y gozo puedes obtener de esta maravillosa provisión hecha a tu favor?