“Jehová sea entre nosotros testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros” Jeremías 42:5

DE VUELTA A EGIPTO

sábado 12 diciembre, 2015

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 16:3; Números 16:13;Jeremías 40:7-16; 41-44.

ESTA SEMANA NOS ACERCA al final de la historia de Jeremías el profeta. Sin embargo, esta no es una terminación de “y vivieron felices para siempre”. En un sentido, uno podría resumir el estudio de una buena porción del libro de Jeremías diciendo que es un ejemplo de los límites de la gracia. Es decir, la gracia no salvará a quienes rehúsan aceptarla. No importa todo lo que haya hablado Dios; cuánto haya ofrecido la salvación, la protección, la paz y la prosperidad. Todos, excepto un diminuto remanente, rechazaron la oferta de Dios.

Y ¿qué sucedió con Jeremías? ¡Su vida y su obra, desde todo punto de vista humano, pareció inútil! El “profeta llorón” tuvo mucho por qué llorar. Aun después de que ocurrió todo aquello de lo cual había advertido, la gente todavía se aferraba a sus pecados, el paganismo y la rebelión, desafiando al profeta en su rostro y burlándose de la palabra de Dios para ellos.

Cuán cuidadosos debemos ser nosotros. La gracia es gracia porque es dada sin que se la merezca, sí; pero no se da a quienes rehúsan aceptar las condiciones con las cuales es otorgada.

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