LA BATALLA CONTINÚA
Así como, debido a los reflejos de contorsión, una serpiente venenosa recién muerta pueden inyectar su veneno en la persona que la levanta, la mordedura de Satanás todavía es mortal. Fue derrotado en el Calvario, pero el peligro no ha pasado todavía.
Lee Juan 16:33. ¿De qué manera advirtió Jesús a sus discípulos acerca de la lucha continua contra el mal?
Jesús fue claro al decir a sus seguidores que su vida no sería fácil; pero, en lugar de concentrarse en los desafíos, lo hizo en la victoria que tendrían con él. Al reflexionar en esta garantía, Pablo aseguró a los creyentes de Roma que Dios aplastaría a Satanás debajo de sus pies (Rom. 16:20); y Juan le dijo a la iglesia de los últimos días lo mismo: su victoria estaba asegurada por medio de la sangre del Cordero (Apoc. 12:11).
Lee Hebreos 12:1 y 2. ¿Quiénes son los “testigos”, y cómo nos animan? Ver Hebreos 11.
Hebreos 11 brevemente bosqueja las vidas de algunos de los famosos héroes de la fe. Abel ofreció un sacrificio perfecto, y no ha sido olvidado aun cuando está muerto. Enoc habitualmente se acercó a Dios, y fue llevado directamente al cielo para estar con Dios. Noé advirtió al mundo sumergido en pecado acerca de eventos invisibles, y le ofreció salvación. Abraham abandonó una gran civilización para ir a una tierra de promesa. Sara dio a luz al hijo prometido aunque era estéril y demasiado anciana para concebir. Moisés eligió sufrir con su pueblo antes que vivir en el palacio de un rey. Y Rahab testificó de la grandeza de Dios (Jos. 2:9-11). Estos son algunos de los que componen la gran nube de testigos mencionada en Hebreos 12:1. No son testigos pasivos, como espectadores que miran un juego; en cambio, testifican activamente que Dios es fiel y que los sustentó en todas las luchas que afrontaron. No estamos solos en esta gran batalla.
Considera algunos de los personajes mencionados en Hebreos 11. ¿Quiénes y cómo eran? ¿Qué ánimo podemos obtener del hecho de que no fueron seres humanos impecables y perfectos, sino personas con debilidades justo como las nuestras?