LA REBELIÓN GLOBAL Y LOS PATRIARCAS
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 3:9, 10; 4:1-15; 4:9; 6:1-13; Salmo 51:1; Génesis 22; 28:12-15.
LAS HISTORIAS QUE SIGUEN a la Caída llevan los temas de engaño y relaciones rotas, primero vistas en el Edén, a un nivel más profundo. Durante este tiempo, el conflicto se difunde y se diversifica sobre el globo.
En la historia de Caín y de Abel, la adoración fue el catalizador de la discordia y la muerte, un tema que se repite a través de la historia.
La narración del Diluvio revela el modo en que la rebelión y el pecado hacen que se enmarañe todo lo que Dios creó. El pecado no solo distorsiona la creación, directamente la destruye.
La experiencia de Abraham es un gran estímulo positivo en medio del conflicto, pues Dios demuestra su disposición de asumir las consecuencias de la rebelión sobre sí mismo. Él llegaría a ser nuestro Sustituto.
Cuando en las historias de Jacob y de Esaú, y de José y de sus hermanos, vemos la continua interacción de relaciones fracturadas como el medio que Satanás usa para destruir familias y grupos de pueblos.
No obstante todo esto, la fidelidad de Dios continúa sosteniendo y nutriendo a sus hijos acosados.