“Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien” (Neh. 2:18).

LA CONTROVERSIA CONTINÚA

sábado 23 de enero, 2016

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Samuel 17:43-51; 2 Samuel 11:1-17; 1 Reyes 18:21-39; 2 Reyes 19:21-34; Ester 3:8-11; Nehemías 1.

CUANDO COMPARAMOS LAS VIDAS DE DAVID, Elías, Ezequías, Ester y Nehemías, surgen temas similares: Dios es capaz de usar personas “insignificantes” para invertir la marea del mal. Por alguno de estos informes vemos que, a pesar de encontrar obstáculos tremendos, no necesitamos hundirnos bajo el mal abrumador, sino que podemos mantenernos firmes con el poder de Dios, quien es fiel a sus promesas, cumplidas para nosotros en Jesús. Cuando el pueblo de Dios se sostenga con el poder de Dios, las fuerzas del mal no serán tan poderosas para prevalecer al final.

El reto es regocijarnos en la liberación que Dios nos da. Esto no siempre tiene sentido frente a los desafíos abrumadores que a veces enfrentamos y que son más grandes que nosotros mismos. Regocijarse en la liberación de Dios antes de la liberación es más un acto de fe y adoración que la consecuencia lógica de lo que sucede a nuestro alrededor. Por otro lado, gracias a lo que Cristo hizo por nosotros, confiar en su fidelidad es, realmente, la única acción lógica que podemos realizar.