“Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria” (1 Cor. 15:54).

EL ÚLTIMO ENEMIGO

jueves 03 marzo, 2016

Evidentemente, algunos en la iglesia de Corinto estaban confundidos acerca de la resurrección. Pablo explica cuidadosamente su importancia como un elemento clave del evangelio (1 Cor. 15:1-4). Parece que había alguna preocupación acerca de los creyentes muertos (vers. 6) y algunos sugerían que estos no verán el regreso de Jesús (vers. 12). Una situación similar también ocurre en Tesalónica (1 Tes. 4:13-17).

Lee 1 Corintios 15:12 al 18. ¿Qué implica negar la resurrección de los muertos?

Pablo concluye su argumento diciendo que, “si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” (1 Cor. 15:19). Por el contrario, Cristo ha realmente resucitado de los muertos, y ha llegado a ser las “primicias de los que durmieron” (vers. 20).

Luego, Pablo compara a Cristo con Adán: “Como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Cor. 15:22), y especifica cuándo será esa resurrección general: “en su venida” (vers. 23). Más adelante en el capítulo, sigue con la comparación de los dos “adanes” ( vers. 45-49). El primer hombre fue hecho del polvo, pero el Hombre celestial es del cielo; y así, un día, también nosotros seremos como él (vers. 47-49). En una descripción de lo que ocurrirá en la Segunda Venida, se explica lo que esto significa: “se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (vers. 52, 53).

Aunque Adán fue hecho al principio para vivir para siempre, la raza humana pronto se deterioró al punto de vivir solo un tiempo relativamente corto. Si hemos de heredar la vida eterna, seremos hechos para durar para siempre, y eso es lo que recibiremos.

Lee 1 Corintios 15:23 al 26. Aunque estamos inmersos ahora en el Gran Conflicto, y aunque la muerte, el mal y las fuerzas impías parecen dominar al mundo, ¿qué nos dicen estos versículos sobre el final del Gran Conflicto? ¿Cómo podemos aprender a mirar más allá de lo que vemos y captar lo que estas promesas significan para cada uno de nosotros, personalmente?

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