“Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mat. 4:19).

JUAN EL BAUTISTA Y “LA VERDAD PRESENTE”

domingo 3 de abril, 2016

Mateo 3 comienza con Juan el Bautista, cuya primera palabra registrada en el texto es un imperativo: “¡Arrepentíos!” (Mat. 3:2). De cierto modo, ese es un resumen de lo que Dios le estuvo diciendo a la humanidad desde la Caída: Arrepentíos, aceptad mi perdón, apartaos de vuestros pecados, y encontraréis la redención y descanso para vuestras almas.

Y, no importa cuán universal sea este mensaje, Juan expone una “verdad presente” distintiva (2 Ped. 1:12), un mensaje para aquellas personas en ese momento específico.

Lee Mateo 3:2 y 3. ¿Cuál era el mensaje que Juan predicaba junto con el llamado al arrepentimiento, el bautismo y la confesión? Ver también Mat. 3:6.

Juan hace aquí lo que se hace en todo el Nuevo Testamento: cita el Antiguo Testamento. Las profecías de este cobran vida en aquel: sea Jesús, o Pablo, o Pedro o Juan, todos citan el Antiguo Testamento para ayudar a validar, explicar o, incluso, demostrar lo que sucedía. No es extraño que Pedro, aun en el contexto de los milagros que personalmente había presenciado, haya enfatizado “la palabra profética más segura” (2 Ped. 1:19) cuando habló del ministerio de Jesús.

Lee Mateo 3:7 al 12. ¿Qué mensaje tenía Juan para los líderes? A pesar de sus severas palabras, ¿qué esperanza se les ofrece?

Nota cuán central es Jesús en todo lo que Juan predicaba. Todo, aun en ese entonces, tenía que ver con Jesús: quién era y qué haría. Aunque lo que presentaba era el evangelio, Juan también dejó en claro que habría una evaluación final, una división final entre el trigo y la cizaña, y que las profecías señalaban quién haría esa separación. Esto es una prueba adicional de cuán inseparables son el evangelio y el Juicio. Aquí también hay un ejemplo de la manera en que, en la Biblia, la primera y la segunda venidas de Jesús son consideradas un solo evento; lo vemos cuando Juan, en el contexto inmediato de la primera venida de Cristo, habla de la segunda venida.