“En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?” (Mat. 18:1).

LA GRANDEZA DE LA HUMILDAD

domingo 22 de mayo, 2016

¿Quién no aspira a la grandeza? Es decir, ¿quién no quiere ser grande o hacer cosas grandiosas? Este deseo no siempre surge del egoísmo, del ego o de la arrogancia. Podrías estar desempeñándote lo mejor posible en lo que tienes que hacer, esperando que tu labor y tu esfuerzo sean de bendición para otros. (Ver también Ecl. 9:10.)

Sin embargo, el problema aparece al intentar definir “grandeza”. Es muy fácil para nuestras mentes caídas comprender este concepto de forma muy diferente de la visión de Dios.

Lee Mateo 18:1 al 4. De acuerdo con Jesús, ¿qué es la verdadera grandeza? ¿Cómo hemos de entenderla a fin de que podamos aplicarla a nuestra vida?

Para definir la verdadera grandeza, Jesús llamó a un niño a su lado y dijo que “cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos” (vers. 4). Jesús no habló acerca de ser un gran predicador, o un gran empresario, o siquiera un gran filántropo. La grandeza, a la vista de Dios, es lo que somos por dentro, no lo que hacemos exteriormente (aunque lo que está adentro impactará en lo que hacemos externamente).

Nota, Jesús define la grandeza de una manera que la mayoría de las personas en el mundo no lo hace. Porque ¿quién despierta un día y decide que la grandeza que él quiere en la vida es ser tan humilde como un niño pequeño? Es extraño aspirar a algo como eso, pero esto solamente se debe a que estamos saturados de los principios, las ideas y los conceptos del mundo.

¿Qué significa ser humilde como un niño pequeño? Uno de los indicadores es la obediencia: aceptar la Palabra de Dios antes que tu propia voluntad. Si en tu vida estás en el camino equivocado, es porque estás en tu propio camino. La solución es sencilla: humíllate y vuelve al sendero de Dios, obedeciendo su Palabra. Si Adán y Eva se hubieran mantenido humildes, no habrían pecado. Es interesante notar que el árbol de la vida y el árbol del conocimiento estaban ambos en el medio del huerto. A menudo la vida y la destrucción no están separadas por mucha distancia. La diferencia es la humildad.

¿Cuáles son algunas actitudes e ideas que sostenemos solo por estar en contacto con el mundo, y que están en conflicto con la Palabra de Dios? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.