“¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos?” (Mat. 21:42).

JESÚS EN JERUSALÉN

sábado 28 de mayo, 2016

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Zacarías 9:9; Mateo 21:1-46; Romanos 4:13-16; Apocalipsis 14:7-12; Hechos 6:7; Mateo 22:1-15.

EN MATEO 20:27 Y 28, Jesús dijo: “El que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Jesús, el Dios eterno, quien creó todas las cosas, vive como siervo sobre la Tierra, ministrando a los perdidos, los enfermos y los necesitados, muchos de los cuales todavía se burlaron de él. No alcanzamos a captar tal abnegación.Por más incomprensible que sea su condición de servidor, hay algo aún más maravilloso: ahora él, el Dios eterno, está afrontando el propósito de su venida: “para dar su vida en rescate por muchos”. Esta negación propia pronto culminará en un misterio que aun “anhelan mirar los ángeles” (1 Ped. 1:12), y eso es la Cruz.

Consideraremos algunos de los principales eventos y enseñanzas de Jesús cuando fue a Jerusalén, no para ser coronado como rey terrenal, como muchos esperaban, sino para hacerse por nosotros “pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Cor. 5:21).