“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra” (Gén. 1:26).

EL PRIVILEGIO DEL DOMINIO

lunes 4 de julio, 2016

¿Cuál era el “dominio” que los humanos debían tener sobre la Tierra, según Génesis 1:26 al 28?

La palabra bíblica “dominio” viene del verbo hebreo radah, que indica un derecho y una responsabilidad de gobernar. Implica que la raza humana fue ubicada, en una jerarquía de poder y autoridad, sobre el resto del mundo natural. El verbo radah en el resto del Antiguo Testamento no define por sí mismo cómo debía ser ejercido este dominio, ya sea con benevolencia o con maldad; el contexto de una creación sin pecado y no caída muestra que la intención debió haber sido de naturaleza benévola.

Conclusiones similares pueden obtenerse de “sojuzgar la tierra”, en Génesis 1:28. El verbo “sojuzgar”, del hebreo kavash, también describe una relación jerárquica en la que los humanos están ubicados por sobre la Tierra, y se les otorga poder y control sobre ella. En otras partes del Antiguo Testamento, el verbo kavash es aún más enérgico que radah, cuando indica someter por la fuerza a otro a una posición subordinada (Núm. 32:22, 29; Jer. 34:11, 16; Est. 7:8; Neh. 5:5). En muchos de estos casos, el abuso del poder es obvio y se expresa el desagrado de Dios. Pero, al considerar el contexto de la Creación –una pareja sin pecado creada a la imagen de Dios para administrar la Tierra–, esta subyugación de la Tierra debía ser solo como un servicio benévolo a la creación. No se refería a explotación.

Hay otra dimensión de este concepto de dominio en Génesis 2:15, donde Dios puso a Adán en el jardín para que lo labrara (abad: trabajar, cultivar) y lo guardase (shamar: poner un cerco alrededor, protegerlo, cuidarlo, observarlo, preservarlo, considerarlo, reservarlo).

Descubrimos así que dominar es realizar una administración, o mayordomía, cuidadosa y amante. Por su relación con Dios, nuestros primeros padres tendrían todos los recursos y la autoridad necesarios para ejercer su dominio, que habría reflejado el amor divino por su creación.

Aunque la palabra dominio hoy puede tener connotaciones negativas, no era así cuando apareció por primera vez en la Biblia. ¿Cuáles son algunos principios que podemos obtener del uso del término antes de la Caída, acerca del modo de relacionarnos con todo lo que está bajo nuestro “dominio”?