“También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo” (Mar. 2:27, 28).
TIEMPO PARA SORPRENDERSE
¿Alguna vez te preguntaste por qué Dios decidió darnos dos relatos armoniosos de la Creación en los dos primeros capítulos del Génesis? Génesis 1 relata la semana de la Creación y el milagro creciente de la Tierra a medida que se le da forma y luego vida, culminando en la creación del hombre y la mujer en el sexto día. Génesis 2 analiza el mismo relato, pero desde una perspectiva diferente, haciendo hincapié en el sexto día. Adán está ahora en el centro de la escena, y todo lo que se describe está allí para él y para su mujer: el jardín, los ríos, los animales y demás.
La Creación es demasiado profunda para un relato único. En primer lugar, aprendemos del poderoso Creador artístico que tiene buen ojo para la belleza perfecta. Luego conocemos al Dios de las relaciones, que quiere que los seres humanos se amen y se cuiden mutuamente y al resto de la Creación.
Lee Génesis 1 y 2 y observa cómo el primer sábado (Gén. 2:1–3) nos remite al primer relato de la Creación e introduce el segundo relato de la Creación. ¿Cómo te ayudan tus conclusiones a entender lo que puede significar la bendición divina del sábado y su santificación?
Imagínate que eres Adán o Eva en ese primer sábado. Es tu primer día de vida, tu primer día con tu cónyuge y tu primer día con Dios. ¡Qué día de aprendizaje! Empiezas a aprender del Dios que fue capaz de crear tanta belleza. Te maravillas al ver un elefante en un momento y una rana al siguiente; cada uno de ellos, único. Sonríes al ver las travesuras de la jirafa o el búfalo. Te quedas boquiabierto por los muchos colores y formas, embelesado por la sinfonía de los sonidos; te deleitas con la variedad de sabores y olores deliciosos; y disfrutas explorando las delicias de diferentes texturas. Ante todo, comienzas a aprender sobre las relaciones: responsabilidad, cuidado, amor. Lo experimentas con tu Creador; comienzas a practicarlo con el resto de los seres creados.
El primer sábado no podría haber sido una experiencia pasiva para Adán y Eva. Fue una oportunidad creada por Dios para que se concentraran en su Creador y en lo creado. Era el momento para sorprenderse.
Enumera las diferentes oportunidades de aprendizaje que Adán y Eva tuvieron durante ese primer sábado. ¿Cuáles de estas oportunidades todavía continúan siendo relevantes hoy, aunque de una forma diferente? ¿Cómo pueden enriquecer tus sábados?