“He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación” (Isa. 25:9).

CONDENACIÓN SOBRE LAS NACIONES (ISA. 13)

domingo 31 enero, 2021

Isaías 13:1 tiene un encabezado que menciona a Isaías como el autor (comparar con Isa. 1:1; 2:1); también parece iniciar una nueva parte de su libro. Los capítulos 13 al 23 contienen predicciones de juicio contra varias naciones. Veamos.

¿Por qué las profecías contra las naciones comienzan con Babilonia?

Isaías 10:5 al 34 ya había anunciado un juicio contra Asiria, que representaba el mayor peligro en los días de Isaías. Si bien Isaías 14:24 al 27 reitera brevemente el plan del Señor para poner fin a Asiria, los capítulos 13 al 23 tratan principalmente de otras amenazas, siendo Babilonia la más importante.

Dotada de un rico y antiguo legado cultural, religioso y político, Babilonia surgió después como la superpotencia que conquistó y exilió a Judá. Pero, desde la perspectiva humana de la época de Isaías, no se podía deducir fácilmente que Babilonia amenazaría al pueblo de Dios. Durante gran parte del ministerio de Isaías, Asiria dominó Babilonia. Desde 728 a.C., cuando Tiglat-pileser III tomó Babilonia y fue proclamado rey de Babilonia bajo el nombre de Pulu (o Pul; ver 2 Rey. 15:19; 1 Crón. 5:26), los reyes asirios volvieron a tomar Babilonia varias veces (710 a.C.; 702 a.C.; 689 a.C. y 648 a.C.). No obstante, con el tiempo Babilonia se convirtió en la gran superpotencia de la región, el poder que destruiría el reino de Judá.

Lee Isaías 13. Fíjate qué fuerte que es el lenguaje. ¿Por qué un Dios amoroso hace estas cosas, o permite que sucedan? Indudablemente, habrá inocentes que también sufrirán, ¿no es así (Isa. 13:16)? ¿Cómo entendemos este accionar de Dios? ¿Qué deberían decirnos estos textos, y todos los textos de la Biblia que hablan sobre la ira de Dios contra el pecado y el mal, acerca de la naturaleza atroz del pecado y el mal? El simple hecho de que un Dios de amor responda de esta manera ¿no es evidencia suficiente para mostrarnos cuán malo es el pecado? Tenemos que recordar que es Jesús el que pronuncia estas advertencias a través de Isaías; el mismo Jesús que perdonó, sanó, prometió y amonestó a los pecadores para que se arrepintieran. En el ámbito personal, ¿cómo has llegado a comprender este aspecto del carácter amoroso de Dios? También hazte esta pregunta: ¿Podría esta ira realmente originarse en su amor? Si es así, ¿cómo es eso? O, míralo desde otra perspectiva, la de la Cruz, donde Jesús mismo, al cargar con los pecados del mundo, sufrió más que cualquier otra persona, incluso más que los “inocentes” que sufrieron a causa de los pecados de la nación. ¿Cómo ayuda el sufrimiento de Cristo en la Cruz a responder estas preguntas difíciles?

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