“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isa. 53:5).

EL POEMA DEL SIERVO SUFRIENTE (ISA. 52:13–53:12)

lunes 1 de marzo, 2021

Isaías 52:13 al 53:12, conocido como el “Poema del Siervo sufriente”, confirma la reputación de Isaías como “el profeta evangélico”. En armonía con la excelencia del evangelio, el poema se destaca por encima de otros escritos. Si bien es increíblemente corto, cada frase está repleta de un profundo significado que revela la esencia de la misión impensable de Dios para salvar a una raza inmersa en el pecado y perdida.

Esta no es la “leche” del mensaje de Isaías. Él preparó a su audiencia al presentar el tema mesiánico desde la primera parte de su libro. Al seguir el curso general de la vida del Mesías en la Tierra, el profeta comenzó con su concepción y nacimiento (Isa. 7:14); estableció su identidad como un rey davídico divino (Isa. 9:6, 7); explicó su obra de restauración para Israel (Isa. 11:1–16) y su ministerio silencioso de liberación de la injusticia y el sufrimiento (Isa. 42:1–7). A continuación, Isaías reveló que el gran drama del Mesías incluye el contraste de la tragedia antes de la exaltación (Isa. 49:1–12; 50:6–10). Ahora el Poema del Siervo sufriente sondea las profundidades de la tragedia.

Repasa los textos que se mencionan en el párrafo anterior y observa lo que nos dicen sobre el Mesías, Jesús. ¿Cómo nos ayudan a prepararnos para lo que vendrá en Isaías 52 y 53?

Isaías 52:13 a 53:1 presenta el poema con un adelanto que contiene un contraste sorprendente: el Siervo prosperará y será exaltado, pero su apariencia se verá desfigurada de manera tal que resultará irreconocible.

Isaías 53:2 y 3 inicia un doloroso descenso a partir del origen del Siervo y su aspecto normal hasta su aflicción y su rechazo. Isaías 53:4 al 6 hace una pausa para explicar que su sufrimiento en realidad es nuestro castigo, que él soporta para sanarnos. Isaías 53:7 al 9 continúa con el descenso del Siervo inocente hasta la tumba.

En Isaías 53:10 al 12, el Siervo asciende hasta la excelsa recompensa prevista al comienzo del poema que se inicia en Isaías 52:13, con la idea adicional de que su sacrificio para salvar a otros es la voluntad de Dios.

Compara este poema con la estructura de “valle” de Filipenses 2:5 al 11, donde Jesús comienza en forma de Dios pero desciende al vaciarse para asumir la esclavitud de la forma humana, humillándose hasta la muerte, y la muerte más baja de todas: la muerte en una cruz. Por lo tanto, Dios lo exalta sobremanera a fin de que todos lo reconozcan como Señor (comparar con Isa. 49:7).

Lee Isaías 52:13 a 53:12. Anota todo lo que el poema dice que Jesús ha hecho por nosotros. Reflexiona sobre lo que esas acciones en nuestro favor significan para nosotros.