“Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida” (Heb. 9:15, NVI).

PECADO, SACRIFICIO Y ACEPTACIÓN (HEB. 9:22)

lunes 07 junio, 2021

La forma divinamente señalada para que el pecador del Antiguo Testamento se librara del pecado y la culpa era a través de los sacrificios de animales. Las ofrendas de sacrificio israelitas se detallan en Levítico 1 al 7. Se prestaba especial atención al uso y la disposición de la sangre en los diversos tipos de sacrificios. De hecho, el papel de la sangre en los rituales de sacrificio es una de las características unificadoras de los sacrificios israelitas.

La persona que había pecado, y por lo tanto había roto la relación del Pacto y la Ley que lo regulaba, podía ser restaurada a la comunión plena con Dios y con la humanidad llevando un sacrificio animal como sustituto. Los sacrificios, con sus ritos, eran los medios designados por Dios para lograr la purificación del pecado y la culpa. Estos se instituyeron para limpiar al pecador, ya que se transfería el pecado y la culpa individual al Santuario al rociar la sangre sacrificial, y así se restablecía la plena comunión y la alianza del pacto del penitente con el Dios personal, que es el Señor que salva.

¿Cómo nos ayudan estos conceptos expresados anteriormente a comprender las preguntas al final del estudio de ayer?

¿Qué importancia profética tenía el sacrificio de animales? (Isa. 53:4-12; Heb. 10:4).

Los sacrificios de animales del Antiguo Testamento eran el medio ordenado por Dios para librar al pecador del pecado y la culpa. Cambiaban el estatus al pecador: de culpable y digno de muerte a perdonado y restaurado en la relación de pacto entre Dios y el ser humano. Pero, había un sentido en el que los sacrificios de animales eran de naturaleza profética. Al fin y al cabo, ningún animal era un sustituto adecuado para expiar el pecado y la culpa de la humanidad. El autor de Hebreos lo dice con esta palabras: “La sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados” (Heb. 10:4). Por lo tanto, el sacrificio de un animal tenía por objeto despertar el anhelo de la venida del Siervo divino-humano de Dios, que moriría en sustitución de los pecados del mundo. Es mediante este proceso que el Señor perdona y acepta al pecador, y se establece la base de la relación del Pacto.

Ponte en el lugar de alguien que vivió en la época del Antiguo Testamento, cuando sacrificaban animales en el Santuario. Al recordar también cuán importante era el ganado para su economía, cultura y estilo de vida, ¿qué lección les enseñaba supuestamente sobre el costo del pecado?

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