“Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén” (2 Ped. 3:17, 18).
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
En el contexto de lo que le ocurrió a José con la esposa de Potifar, Elena de White escribió: “Aquí tenemos un ejemplo para todas las generaciones de creyentes que habrían de vivir sobre la Tierra. [...] Dios será un pronto auxilio y su Espíritu será un escudo. Aunque estén rodeados de las más terribles tentaciones, hay una fuente de fortaleza a la cual pueden recurrir para resistirlas. [...] Había puesto su reputación y sus intereses en las manos de Dios. Y, aunque se permitió que fuera afligido por cierto tiempo, para prepararlo con el fin de que ocupara un puesto importante, el Señor protegió esa reputación que había sido ensombrecida por una malvada acusadora, y más tarde, a su debido tiempo, permitió que aquella resplandeciera. Dios usó incluso la prisión como un camino que lo conduciría a su elevación. La virtud proporcionará a su debido tiempo su propia recompensa. El escudo que protegía el corazón de este joven era el temor de Dios, que lo indujo a ser fiel y justo con su amo, y leal a su Señor. Despreciaba esa ingratitud que lo llevaría a abusar de la confianza de su amo, aunque su amo tal vez nunca lo supiera” (HR 104, 105; SP 1:132).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
- Ser cristianos de nombre o adventistas “culturales” no nos ayudará a hallar descanso en nuestras relaciones. ¿Cuáles son las diferencias entre un adventista “cultural” y un verdadero creyente?
- La hermana X acaba de unirse a la iglesia. Está casada con un no creyente. Ella ama a su esposo, pero a él no le gustan los cambios que ve en ella. ¿Cuál sería tu consejo, sobre la base de los principios bíblicos, para esta nueva hermana de iglesia?
- El autor ruso León Tólstoi escribió: “Todas las familias felices son iguales; cada familia infeliz es infeliz a su manera”. Todas las familias, de una manera u otra, sufren disfunciones, porque todas están compuestas por pecadores, a las cuales cada uno trae su propia disfunción a la relación familiar. ¿Cómo podemos, por la gracia de Dios, mostrarnos abiertos a seguir los principios bíblicos del amor, el perdón, el sobrellevar las cargas y demás para aportar algo de sanidad a nuestras relaciones familiares?
- Muchos han tenido la experiencia de que las cosas les iban bien a ellos y a su familia cuando, de repente, inesperadamente, ocurre una tragedia. En momentos como este, ¿por qué es primordial aferrarse a la fe y a las promesas de la Palabra de Dios? Especialmente cuando los tiempos son buenos, ¿por qué es importante estar preparados espiritualmente para los malos tiempos?