“Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros” (Gén. 45:5).
CÓMO HALLAR DESCANSO DESPUÉS DEL PERDÓN
La familia de José finalmente llega a Egipto. No hay más secretos oscuros en la familia. Sus hermanos debieron de haber admitido que vendieron a José cuando le explicaron a su padre que el hijo que él pensaba que había muerto ahora era primer ministro de Egipto.
Si bien quizá no siempre sea posible o prudente restablecer las relaciones, esto no significa que no podamos perdonar. Probablemente no podamos abrazar a nuestro agresor ni llorar con él, pero es posible que deseemos expresar nuestro perdón verbalmente o por medio de una carta. Y luego es hora de soltar el dolor lo más posible. Quizá siempre quede algo de dolor, pero al menos podremos avanzar en nuestra recuperación.
Lee Génesis 50:15 al 21. ¿Qué les preocupa a los hermanos de José y por qué? ¿Qué dice este temor acerca de ellos mismos?
Los hermanos de José habían estado viviendo en Egipto durante 17 años (Gén. 47:28). No obstante, cuando Jacob murió, temieron que José se vengara. Reconocieron nuevamente cuánto daño le habían causado a José. José les vuelve a asegurar su perdón, ahora después de la muerte de su padre. Este recordatorio probablemente fue bueno para José, al igual que para sus hermanos.
Si la herida es profunda, probablemente tendremos que perdonar muchas veces. Cuando sobrevengan a nuestra mente recuerdos del agravio, tendremos que acudir a Dios inmediatamente en oración y tomar la decisión de volver a perdonar.
Lee Génesis 50:20. ¿Cómo ayuda este versículo a explicar, al menos en parte, la disposición de José a perdonar el pecado de sus hermanos contra él?
José creía firmemente que su vida era parte del gran plan de Dios para ayudar a salvar de la hambruna a ese sector del mundo, y luego ayudar a su familia a cumplir la promesa de Dios de convertirse en una gran nación. El hecho de saber que Dios había anulado los planes malvados de sus hermanos con la intención de propiciar el bien, ayudó a José a perdonar.
La historia de José tuvo un final feliz. ¿Cómo respondemos cuando el final de una historia no es tan feliz? ¿O podríamos argumentar (es decir, a largo plazo) que cuando el pecado y el Gran Conflicto lleguen a su fin, cuando todos los problemas se resuelvan, será un final feliz? ¿Cómo podría esta esperanza ayudarnos?