“Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis” (Lev. 23:3).

CELEBRAR LA LIBERTAD

lunes 30 de agosto, 2021

CELEBRAR LA LIBERTAD

La segunda vez que escuchamos los Diez Mandamientos, Moisés repasa los cuarenta años de Israel en el desierto. Esta vez, la frase que introduce la razón para santificar el sábado no tiene relación con la Creación, sino más bien con la liberación de la esclavitud y la servidumbre en Egipto (Deut. 5:12-15).

Y, aunque hoy no somos esclavos en Egipto, todos podemos enfrentar otros tipos de esclavitudes que, de alguna manera, pueden ser iguales de opresivas.

¿Qué otras formas de esclavitud enfrentamos hoy? Lee Génesis 4:7; Hebreos 12:1; y 2 Pedro 2:19.

El sábado es una celebración de la libertad de todas las cosas que nos mantienen esclavizados. En sábado, se nos recuerda que hay libertad del pecado, no por nuestras propias fuerzas, sino por el poder que Dios nos ofrece mediante la fe. También se nos recuerda que no nos ganamos esta libertad. Los primogénitos israelitas se salvaron por la sangre del cordero esparcida en los postes de las puertas la noche anterior a su éxodo de Egipto (Éxo. 12). Nosotros también somos salvos por la sangre del Cordero, y ahora debemos andar en la libertad que es nuestra en Cristo Jesús.

Lee Romanos 6:1 al 7. ¿Qué dice Pablo aquí que podemos relacionar con lo que se nos ha dado en el día de reposo?

En el mismo enunciado de Deuteronomio 5:15: “Acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo”, se le vuelve a recordar al pueblo que fue la obra y el poder de Dios en favor de ellos lo que los salvó. ¿Cuánto más nosotros, como cristianos, debemos darnos cuenta de que es solo la obra y el poder de Cristo en nuestro favor lo que nos ha salvado del pecado?

Este Mandamiento nos dice que descansemos en la salvación que Dios obtuvo por nosotros con su brazo poderoso. Dios es el Creador, y podemos confiar en que él también nos re-creará y nos liberará, incluso ahora mismo, de la esclavitud del pecado, si estamos dispuestos a dejar que obre en nosotros.

¿Cuál ha sido tu experiencia con la esclavitud del pecado? ¿Cómo podemos aprender a apropiarnos de las promesas que se nos han dado en Jesús de librarnos de esa esclavitud?