“Antes bien, como está escrito: cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman” (1 Cor. 2:9).
REGOCIJAOS EN EL SEÑOR SIEMPRE
Una de las aplicaciones más utilizadas en nuestros teléfonos inteligentes es Google Maps. A la mayoría se nos hace difícil recordar cómo hacíamos antes de que existieran los mapas con GPS en nuestros teléfonos. Tal vez estemos nerviosos al dirigirnos hacia un lugar en el que nunca hemos estado antes, pero con Google Maps en nuestros teléfonos podemos aventurarnos con confianza y abrirnos camino en cualquier ciudad extranjera. Esta certeza ¿podría ser una ilustración del tipo de descanso que Dios desea darnos con su calendario profético?
Lee Filipenses 4:4 al 6. ¿Qué nos dice Pablo aquí sobre la forma de hallar verdadero descanso, verdadera paz, incluso en medio de un mundo atormentado y angustiado?
En este pasaje, Pablo no está diciendo que nos regocijemos, siempre, en todas las pruebas que enfrentamos. Lo que dice es: “Regocijaos en el Señor siempre”. Más allá de nuestra situación actual, de las pruebas que enfrentamos, si permanecemos en Dios, en su bondad, en su amor y en su sacrificio en la Cruz por nosotros, podremos regocijarnos en él y tener paz para nuestra alma cansada.
La misma tónica de los textos implica descanso, paz y una esperanza trascendente de algo más allá de este mundo.
Imagínate también el tipo de descanso que tendríamos para nuestra alma si efectivamente no nos “inquiet[áramos] por nada” (NVI). Esto difícilmente parezca realista para alguien de este mundo (incluso Pablo tenía muchas preocupaciones), pero nuevamente, saber que en última instancia un Dios amoroso tiene el control de todo y nos salvará en su Reino puede ayudarnos a poner en la perspectiva adecuada las cosas que nos inquietan.
¿“El Señor está cerca”? Es decir, él siempre está cerca de nosotros, y tan pronto como cerramos los ojos y descansamos en el sueño de la muerte, lo siguiente que veremos será el regreso de Cristo.
Sin duda, la vida está llena de tensiones, pruebas y luchas; ninguno de nosotros escapa a ellos. Desde luego, el apóstol Pablo tampoco estaba exento (ver 2 Cor. 11). No obstante, su objetivo es decirnos que, incluso con todo lo que soportamos ahora, podemos regocijarnos en lo que se nos ha dado en Cristo y, de hecho, podemos hallar descanso para nuestra alma, aun ahora.
Vuelve a leer Filipenses 4:4 al 6. ¿De qué manera puedes aplicar estas maravillosas palabras a tu experiencia en este mismo momento para cualquier prueba y tribulación que estés atravesando?