“Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” (Deut. 4:8).

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

viernes 5 de noviembre, 2021

“Desde el origen de la gran controversia en el cielo, el propósito de Satanás ha sido destruir la Ley de Dios. Para realizarlo comenzó su rebelión contra el Creador y, aunque fue expulsado del cielo, continuó la misma guerra en la Tierra. Engañar a los hombres y así inducirlos a transgredir la Ley de Dios, tal fue el objetivo que persiguió sin cejar. Sea esto conseguido haciendo a un lado toda la Ley o descuidando uno de sus preceptos, el resultado será finalmente el mismo. El que peca “en un punto” manifiesta menosprecio por toda la Ley; su influencia y su ejemplo están del lado de la transgresión; y viene a ser ‘culpable de todos’ (Sant. 2:10)” (CS 639).

En cuanto a Baal-peor, Elena de White escribió: “Se aventuraron a pisar terreno prohibido y se enredaron en los lazos de Satanás. Hechizados por la música y el baile, y seducidos por la hermosura de las vestales paganas, desecharon su lealtad a Jehová. Mientras disfrutaban del júbilo y los festines, el consumo de vino ofuscó sus sentidos y quebrantó las vallas del dominio propio. Predominó la pasión en absoluto; y habiendo contaminado su conciencia por la lascivia, se dejaron persuadir a postrarse ante los ídolos. Ofrecieron sacrificios sobre los altares paganos y participaron en los ritos más degradantes” (PP 484, 485).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

  1. Piensa en qué medida nosotros, los adventistas del séptimo día, estamos en el lugar donde estaba el antiguo Israel. Piensa en todo lo que hemos recibido en contraste con el mundo que nos rodea –e incluso en contraste con otras iglesias. La pregunta para nosotros, entonces, es la siguiente: ¿Cómo estamos respondiendo a lo que se nos ha dado? ¿Cuán bien estamos proyectando nuestra “sabiduría” e “inteligencia” ante el mundo?
  2. “Mas vosotros que seguisteis a Jehová vuestro Dios, todos estáis vivos hoy”. Una vez más, el sujeto del verbo “seguisteis” es el pueblo. El Señor no se aferrará a nosotros en el sentido de que no nos obligará a seguirlo. En cambio, al utilizar el don sagrado del libre albedrío, nosotros debemos elegir seguirlo a él. Una vez que tomamos esa decisión, ¿cómo lo seguimos y nos mantenemos fieles a él?
  3. Medita en la pregunta que se encuentra al final del estudio del domingo. ¿Qué significa añadir o quitar de los mandamientos de Dios? Quitando obviedades, como el intento de cambiar el día de reposo, ¿cómo podría suceder algo así tan sutilmente que ni siquiera nos demos cuenta de lo que está ocurriendo?